Política

Tras Bambalinas

  • Tiempos interesantes
  • Tras Bambalinas
  • César Romero

Como si lo estuviera viendo. A sabiendas de que la liturgia del poder incluye sacrificios humanos, los supremos sacerdotes han acordado entregar las cabezas del jefe de Oficina del presidente Andrés Manuel López Obrador y del legendario Secretario de Gobernación del presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

A estas alturas del partido ya sabemos que el emperador esta desnudo, lo cual no le impide pavonearse en su propio universo bizarro. Uno en el que un día declara una guerra comercial contra el resto del mundo y, al día siguiente, se sienta a pactar con China. Embosca al presidente de Ucrania por la mañana y patrocina un ataque con drones contra los bombarderos rusos en Siberia por la tarde. O bien, en nombre de la paz mundial, bombardear las instalaciones de nucleares de Irán. Resulta más que evidente que lo suyo-lo suyo es el "shock and awe".

Y, claro, su mayor espacio de divertimento, México y los mexicanos. Primero exige redadas migratorias masivas y luego ofrece que no las hará contra las industrias agrícolas, de hospitalidad o la construcción. Si su muro fronterizo lo llevó a la Casa Blanca, con su lluvia de aranceles busca el aplauso de gayola. Mientras que, con un lado de su boca elogia a la Presidenta Sheinbaum, con el otro (Kristi Noem) la acusa de "alentar protestas" en Los Angeles y coloca a México en la lista de" países adversarios".

Cuidado, no se trata de un tema de locura, o siquiera de incongruencia descarada. Asumir que el fenómeno Trump, esa especie de tsunami de las peores causas, es simplemente un asunto de retroceso autoritario producto de sus patologías personales, sería equivocado. Sería tanto como querer explicar la Segunda Guerra Mundial, el nazismo y el fascismo, únicamente en base a los talentos perversos de dos señores.

En el caso de México resultan más o menos evidentes las razones de la saña del presidente de Estados Unidos. La primera: porque puede. Por el torrente de prejuicios y temores de buena parte de sus bases sociales. Por la brutal asimetría entre ambas economías, entre muchas otras.

Aquí es donde entra el tema del gobierno mexicano como una muy mala marca. La corrupción endémica de sus políticos (pre y post 4T), la fragilidad de sus instituciones de justicia (pre y post 4T) y, para colmo, los niveles de inseguridad y violencia desde hace, al menos, un par de décadas.

Por supuesto que no se trata de comprar la vieja demagogia de los Marines como liberadores, mucho menos es una respuesta sensata ante el epidémico consumo de opiáceos o, si quiera, de combatir al lavado de dinero, siendo el sistema financiero estadounidense el verdadero paraíso del crimen organizado y la corrupción más descarada (ahí el nuevo Air Force One como un grotesco botón de muestra).

Desde aquel primer martes de noviembre del año pasado en que se anunció su contundente triunfo en las urnas, fue evidente que con la llegada del Trump 2.0 comenzarían para México nuevos y dolorosos "tiempos interesantes".

Desde entonces hemos podido desvelar (entre líneas) fragmentos de una especie de guerra soterrada entre algunas figuras de la vieja guardia ("La Nomenklatura", le llamó Carlos Salinas) y los actuales dueños del Estado mexicano. La pregunta nunca fue si habría que presentar ofrendas, sino, quiénes y de qué tribu.

En esa línea se podían leer las "revelaciones periodísticas" sobre "las investigaciones" (¿de la DEA?) contra el propio AMLO y su círculo más cercano, o las listas que comenzaron a filtrarse por todos lados. Así entendimos las extradiciones en masa o, incluso, la exportación del Mayo Zambada y lo que se alcanza a percibir en los regateos de los procesos judiciales contra El Chapo y su familia.

Sin que este capítulo represente el final de la historia --ni mucho menos--, el reciente boletín del Departamento del Tesoro apunta contra Alfonso Romo, uno de los dos empresarios más cercanos a El Señor de Macuspana. En ese contexto, lo que pueda hacer la vieja guardia para resucitar digitalmente el supuesto vínculo de Manuel Bartlett con la tortura y asesinato de Kiki Camarena, sería lo de menos. Como casi siempre se habría impuesto el más burdo de los pragmatismos.

Por supuesto que falta el plato fuerte. Las imágenes que sí llegarán a los noticieros y primeras planas de todo el mundo. Me refiero, obvio, a los operativos de militares estadounidenses dentro de algún lugar de nuestro país, para "rescatar-prevenir-castigar-o-lo-que-sea", a algún comando de "malandros" pertenecientes --supongo-- al cártel de moda.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.