Después del respiro que significó en muchos sentidos la temporada navideña, nos encontramos con una nueva versión de quien su nombre significa “veneno”, es decir, una variante del coronavirus conocido como “ómicron”
Los temidos virus han sido los protagonistas de enfermedades que han ocasionado millones de muertes, como la epidemia de influenza en 1918 en que murieron más de 100 millones de personas, y la viruela que durante el siglo XX ocasionó hasta 200 millones de muertes. Los virus representan amenazas para la salud tan graves como el SIDA, Ébola, Varicela o hasta un catarro común y las enfermedades virales en plantas y animales causadas por las más de 20 familias de virus que nos afectan.
Con este historial los virus no cuentan con un grupo de admiradores, pero sí con una multitud que quisiera que desaparecieran de la faz de la Tierra. ¿Pero qué pasaría si de verdad desaparecieran todos los virus?
Sabemos que este elemento requiere de un hospedero vivo para su replicación, y que como otros seres minúsculos como bacterias y hongos, viven dentro del cuerpo humano realizando funciones de gran beneficio para el metabolismo.
En el caso de los virus, el Dr. Kei. Sato de la Universidad de Tokio los encontró en sangre, cerebro, hígado riñones de acuerdo a los reportes de la revista Science.
De los estudios en el campo de la virología, que apenas alcanzan el 1%,se deriva que los virus son importantes reguladores de los microorganismos que viven en nuestro cuerpo (microbioma), intervienen en la regulación del sistema inmunológico y forman como otros microorganismos parte del proceso evolutivo de plantas y animales por lo que son importantes en el mantenimiento de los ecosistemas, controlan la población de plagas de insectos, participan en la transformación de la celulosa del pasto en azucares para los rumiantes, y muchos otros beneficios de los virus hacia los ecosistemas. Es necesaria más investigación para conocer y descubrir la parte positiva de su existencia como fue con las bacterias que pasaron de exclusivamente nocivas para la salud a ser benéficas y necesarias para la subsistencia de los seres vivos en general.
El epidemiólogo Tony Goldberg de la Universidad de Wisconsin dice que “si todos los virus desaparecen repentinamente, el mundo sería un lugar maravilloso un día y medio y luego todos moriríamos”. Por algo será...
Arlette López Trujillo
FES Iztacala, UNAM