En nuestra cotidianía es frecuente desearle buena suerte a quienes nos rodean cuando saludamos o como un deseo cuando se emprende algo que conlleva un reto a lograr, y si este buen deseo, va acompañado de un objeto cargado de significados y emotivo simbolismo se transforma en… amuleto.
Desde las civilizaciones antiguas hasta nuestros días, los amuletos han sido parte de los símbolos de protección, esperanza, seguridad, e incluso necesaria compañía en la vida cotidiana.
Los amuletos están muy vinculados a la cultura y tradiciones de quienes los usan, como el conocido trébol de 4 hojas que era de buena suerte para los celtas y el ojo de Horus que usaban los egipcios contra el mal de ojo, ambos se sigue utilizando.
¿Será posible que un amuleto tenga tanto efecto en la conducta y la fortuna de las personas? Según psicólogos, son los efectos psicológicos y de espiritualidad que se les adjudica lo que les confiere su poder.
Muchos de los amuletos son partes de animales o algunas plantas que se asocian al beneficio a lograr, entre las partes de animales se encuentran colmillos y cuernos, como ejemplo, el colmillo de los elefantes que significa fuerza, protección y valentía, afortunadamente ya prohibido en varios países. Los colmillos tan solicitados como los de tigre o león, símbolo de fuerza y poder, y de serpiente para la protección, los colmillos de oso son protección y fuerza, y los de cocodrilos protección mágica y un vínculo con lo ancestral. Los dientes de tiburón son para la protección contra los peligros, así como para la buena suerte. Las partes de estos anímales se asocian a lo que su presencia corporal y espectacular sugiere.
Entre las plantas en México es común el ojo de venado, semilla de una leguminosa del trópico con nombre científico de macunaurens que se utiliza como protector del mal de ojo, que se coloca incluso a los bebés, también la conocida sábila que atrae el dinero y buena suerte, y absorbe energías negativas, la pulsera roja de siete nudos elaborada con hilo de nylon utilizada para la buena suerte, y protección. Podríamos continuar con tantos amuletos que finalmente se sustentan según los expertos en motivos psicológicos relacionados con la protección espiritual, el bienestar emocional y para reducir la ansiedad.
En esta época de tantos retos, es grato un buen deseo, pero un buen amuleto será siempre nuestra autoestima.
