El impacto que tienen nuestras actividades cotidianas en el medio ambiente es muy nocivo en los suelos, agua, aire, y consecuentemente en la biodiversidad que vive en estos recursos naturales tan vitales.
Simplemente la basura que una persona genera equivale a un kilo diario sumando anualmente 438 kilos, pero somos ¡¡¡millones de personas!!! lo que significa millones de toneladas de residuos.
La basura contiene materia orgánica e inorgánica, ésta última puede tardar cientos de años en biodegradarse afectando al medio ambiente y a las futuras generaciones por nuestros malos hábitos de consumo.
La biodegradación, la realizan agentes biológicos, bacterias, hongos, que toman su tiempo para concluir estos procesos.
La urgencia que existe por disminuir el impacto al ambiente en el corto plazo ha llevado a los científicos a buscar opciones que consideren otro escenario que es la biorremediación.
Palabra que incorpora la participación de los microorganismos y otros de mayores tamaños poco considerados e incluso calificados como plaga.
En el caso de los microorganismos se encuentra los que fermentan, el uso de hongos, bacterias y también la fitorremediación que la realizan las plantas.
Como podemos constatar la naturaleza tiene una respuesta para neutralizar, hacer menos tóxicas e incluso inofensivas diversas sustancias
Es sombrosa la capacidad de algunos organismos para degradar los compuestos llamados xenobióticos o sustancias extrañas al individuo, como plaguicidas, detergentes, medicamentos, metales pesados, cosméticos entre otros que ingresan a nuestro organismo y que de forma natural elimina el hígado, riñones, pulmones pero otros se van acumulando y ocasionan problemas de salud.
Es así que para diversos contaminantes del medio ambiente los microrganismos son una opción que posibilita disminuir su toxicidad como muestran las investigaciones sobre bacterias, hongos y algas capaces de metabolizar metales pesados, las bacterias Pseudomonas que degradan plaguicidas e hidrocarburos y plantas que como el lirio acuático tiene la capacidad para captar metales, la planta Carrapique alpino que absorbe cadmio, el Vetiver que absorbe zinc y plomo, las cianobacterias o algas verde azules que degradan compuestos de petróleo. Opciones que nos ofrece la naturaleza y que la investigación que es necesario apoyar y no perseguir, descubre.
Arlette López Trujillo
FES Iztacala, UNAM