El programa para el Medio Ambiente de la ONU en un recomendable documento titulado “Plan Científico para hacer frente a las emergencias del clima la biodiversidad y la contaminación” convoca a “Hacer las paces con la naturaleza”. ¿Sera que es necesario sacar bandera blanca porque, estamos en guerra contra la Naturaleza?
Hacer las paces significa dejar de pelear, aunque para que exista un pleito se necesitan dos actores, y en este caso existe un solitario peleador que es el ser humano, la naturaleza es a quien lastimamos pero en este caso las consecuencias nocivas y muy dañinas de este embate unilateral es para la especie humana
Este problema surge por una parte ante la falta de conocimiento de la naturaleza y por otra el profundo egocentrismo que nos impide considerar que el bienestar y sobrevivencia de nuestra especie depende de manera importante de los sistemas naturales que nuestro planeta tiene.
Durante siglos y con especial énfasis en los últimos 50 años el incremento para la producción de alimentos, la generación de energía, la extracción de los recursos naturales y la transformación del suelo ha sido notorio y alarmante.
En este proceso de deterioro no solo incide la numerosa población humana sino que también y de manera importante los procesos económicos, empresariales y financieros que consideran al recurso natural como un proveedor inacabable.
Un factor que poco valoramos es la pérdida del suelo fértil sustento de la biodiversidad, y fuente de alimentos, se calcula según reporte de la ONU que la erosión del suelo de los campos agrícolas es entre 10 y 100 veces más que el índice de formación del mismo, y sin dejar de mencionar la pérdida de la presencia de especies y la extinción acelerada que enfrentan.
Entonces qué hacer para transformar la relación de la humanidad con la naturaleza, ante un problema que tiene tantas vías de impacto, y que van desde el individual que hacemos con nuestras acciones cotidianas, hasta los efectos negativos al ambiente de las grandes empresas y los gobiernos. Es necesaria una transformación profunda tanto en los sistemas económicos como en los alimentarios y energéticos. Un buen comienzo es partir por conocer cómo funciona el medio ambiente que elementos lo conforman y comprender que somos parte de este orden natural. La educación es el punto de partida pero ahora para nuestra sobrevivencia.
Arlette López
FES Iztacala UNAM