Política

Enseñar el cobre

De saliva se construyen muchas carreras en la política. Disparar promesas durante una campaña no le hace mal a nadie, piensan aquellos que deciden ingresar a este mundo, y las lanzan al aire con singular alegría.

Muchos compran esas promesas y piensan que ahora sí se les va a hacer justicia, que ahora sí un político piensa en el pueblo, que ahora sí habrá bienestar y su situación cambiará por fin después de aguantar a tantos y tantos partidos en el poder, sin importar el color o ideología que representen.

Como en la física, todo lo que sube, tiene que bajar, en este mundo de la función pública los políticos son muy ocurrentes a la hora de las promesas y sin pudor lanzan cualquier cantidad de propuestas a los electores para conseguir su voto, total, ya cumplir es otra cosa.

A la hora de incumplir con las promesas, los políticos aluden a numerosos obstáculos, desde que les dejaron un desastre, la herencia neoliberal, la corrupción que heredaron y un largo etcétera que a la gente no le queda otra que desilusionarse y pensar que el siguiente será mejor.

Es ahí cuando la gente tiene que aparecer y castigar a aquellos que le mintieron solo por llegar al poder, aquellos después no supieron qué hacer desde el puesto por el que tantas mentiras dijeron.

La semana que terminó la 4T vivió dos serios reveses que desnudaron el modo de conducirse. La periodista Lourdes Mendoza público unas fotos con el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, comiendo plácidamente con unos amigos en un restaurante de lujo en la Ciudad de México, cuando aún enfrenta procesos por corrupción durante su ejercicio en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Y después, trabajadores de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, fueron reprimidos por la policía estatal, les dispararon balas de goma, mientras exigían sus derechos laborales.

Los políticos que encarnan a Morena se han pasado varios años señalando la corrupción con dedo flamígero, la de los gobiernos del PRI y del PAN, pero cuando se evidencia el trato especial que recibe Lozoya, a quien tienen como testigo protegido y que nunca pisó la cárcel, todos voltean a otro lado con la esperanza de que lagente no ponga atención a ello.

Lo mismo pasa cuando se recurre a la represión. ¿Dónde queda el discurso de la libertad de manifestación?, cuando desde las autoridades emanadas en Morena actúan con violencia ante una protesta laboral en uno de los proyectos emblemáticos de la 4T.

Desilusión. Triste realidad. No pueden. Incapacidad. Ineptitud. Que los electores tomen nota.

Andrés Amieva

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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