Y los primeros pleitos entre los herederos o lugartenientes de Andrés Manuel López Obrador se efectuaron esta semana y todo por… adivinó usted, por dinero, el cochino dinero, cuando el actual presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, y Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en la Cámara Alta, denunciaron un recorte presupuestal a los senadores fraguado en la Cámara de Diputados por Ricardo Monreal, también de Morena.
El enfrentamiento comenzó a tomar altura cuando aparecieron las denuncias de contratos obscuros hechos por Monreal, el anterior coordinador morenista en el Senado. El “fuego amigo” inició con las primeras descargas y el tono se fue elevando, hasta hacer voltear a la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien llamó a la calma a sus correligionarios.
Lo cierto es que el pleito entre las estrellas morenistas tiene sus primeros rounds; todos ellos fueron aspirantes a suceder a López Obrador en el máximo cargo para un funcionario en nuestro país.
Lo curioso es que son integrantes de la aplanadora morenista que ahora impone las condiciones por las que se regirá México de ahora en adelante, como un gobierno autoritario, porque con la desaparición de los organismos autónomos, ya no hay a quién acudir para defenderse.
El sueño de López Obrador de “al diablo con sus instituciones” está completo y ahora la ley de AMLO es la que rifa en México, el panorama parece feliz, pero los morenistas son los que se encargan de poner los nubarrones con sus reyertas y su cobro de cuentas pendientes entre los diferentes liderazgos.
Y si de dinero se trata, el gobierno morenista anterior se acabó los recursos que estaban a su mano y los que estaban resguardados en fideicomisos, en aplanar el camino hacia la elección de Sheinbaum con base en los programas sociales.
La maquinaria de la 4T se está quedando sin efectivo y ahora ya voltearon al Infonavit, donde hay 2 billones de pesos que son de los trabajadores, de cada uno de nosotros. Ellos podrán disponer de la manera que decidan con la reforma y no hay quien lo impida. Adiós a esas conquistas de los trabajadores, todo sea por la Cuarta Transformación.