Antes de “Star Wars”, de “Alien” y de todas las sagas espaciales que usted quiera, hubo un “Viaje a las estrellas” (“Star Trek”).
Esta creación del inmenso Gene Roddenberry es una de las series de televisión más importantes de todos los tiempos, un fenómeno cultural tan grande que hay cualquier cantidad de libros, reportajes y programas especiales que hablan de cómo cambió la historia de la humanidad.
Sí, “Star Trek” cambió la historia de la humanidad. Antes de que hubiera inclusión. Aquí hubo inclusión. Antes de que hubiera diversidad, aquí hubo diversidad. Antes de que hubiera celulares, aquí hubo celulares. ¿Le sigo?
“Viaje a las estrellas” es un monumento a la creatividad que desde 1966 ha generado cualquier cantidad de series, miniseries, caricaturas, libros, discos, comics, juguetes, películas, ropa, accesorios, juegos de rol, parodias, joyas, disfraces y videojuegos.
A pesar de esto, que es increíble, yo no sé si este concepto toque el corazón de las nuevas generaciones como, en su momento, tocó el de la mía, pero me queda claro que en el ADN de esta propuesta hay algo hermoso, poderoso y vigente.
¿Por qué le escribo esto? Porque los amigos de Paramount+ acaban de estrenar “Star Trek: Strange New Worlds” y yo todavía tengo un nudo en la garganta del ataque de emoción que me dio cuando la comencé a ver.
A diferencia de todo lo que se ha hecho hasta ahora alrededor de esta franquicia, que es muchísimo, “Star Trek: Strange New Worlds” apela directamente a la serie original de 1966.
Es una precuela que en algún momento embonará con el capitán Kirk de William Shatner, con el Spok de Leonard Nimoy, con la teniente Uhura de Nichelle Nichols y con todo eso que fue tan glorioso para la industria del entretenimiento.
Por tanto, tenemos un respeto absoluto hacia lo que inventó Gene Roddenberry, una sensación de nostalgia maravillosa y otra de certeza que le gana a la mayoría de los tediosos experimentos que están acabando con la magia del “streaming”.
¿Pero quiere que le diga lo mejor de todo? Que como “Viaje a las estrellas” siempre fue visionaria, toda la parte de género, de color de piel y de mensajes sociales que se ve tan forzada en la mayoría de los contenidos que estamos consumiendo ahora, aquí fluye riquísimo, de manera natural.
No le voy a dar detalles para no arruinarle la experiencia, pero en el primer episodio se habla mucho del siglo XXI, de los errores que estamos cometiendo, de lo que va a suceder y el final es fabuloso.
No hay manera de escuchar la frase con la que remata el capitán Pike y de que a uno no se le muevan las fibras más sensibles del alma.
Y es que ver eso es como ver la primera serie, como volver a ser niño, pero al mismo tiempo es como ver algo nuevo, como pasarle la estafeta a una nueva generación.
Por favor, le suplico que viva la experiencia de ver esta chulada, una serie de televisión que sí parece serie de televisión, no las cochinadas que últimamente nos han estado dando en tantas partes.
Antes de “Star Wars”, de “Alien” y de todas las sagas espaciales que usted quiera, hubo un “Viaje a las estrellas” y “Star Trek: Strange New Worlds” es el homenaje más bonito que se le pudo haber ocurrido a los genios de Paramout+. ¡Felicidades!