Estoy muy conmovido, emocionado, orgulloso y triste con “Amanecer” que, como usted sabe, es, por mucho, mi telenovela favorita.
No me he perdido ni una sola escena desde que comenzó y no doy crédito de todo lo que ha estado pasando ahí.
¿Por qué le digo que estoy conmovido? Por el reconocimiento de Jovita (Patricia Reyes Spíndola) como la verdadera madre de Leonel (Fernando Colunga).
¿Qué tiene esto de conmovedor? Deje usted la manera tan hermosa como han estado escritas, dirigidas y actuadas todas esas escenas.
Aquí tenemos algo que desde hace mucho no se veía en toda, en absolutamente toda la industria de la televisión mexicana (incluyendo a los medios públicos): un homenaje a la figura materna, un homenaje a las mamás.
Ellas, que son el origen de todo. Ellas, a las que les debemos todo. Fueron el primer público de las telenovelas. Siguen siendo la razón de ser de las telenovelas.
¿Y quién las toma en cuenta? Nadie. Sólo esta producción de Juan Osorio. Sólo esta historia de la gran Delia Fiallo.
Me parece importantísimo volver a la raíz de los melodramas seriados, especialmente hoy que vivimos tiempos oscuros.
Me parece mucho muy relevante volver a honrar a nuestras mamás y decirles todas las cosas preciosas que Leonel le dijo a Jovita. ¿O usted qué opina?
Emocionado. ¿Por qué me siento emocionado? Porque algo me dice que Atocha (Ana Belena) tiene un as bajo la manga y que va a hacer algo terrible precisamente para deshacerse de Jovita.
Y, lo más grueso de todo, porque ya se le está cayendo el teatrito a Sebastián (Daniel Elbittar). Alba (Livia Brito) ya sabe que él es el asesino que están buscando y algo muy, muy fuerte va a pasar.
Esas escenas de Joaquín (Tiago Correa) en el manicomio han estado épicas. Cuando veo que lo torturan me siento como en una película de Batman. ¡Qué actuación! ¡Qué fuerza!
Pasemos al orgullo. ¿Por qué me siento orgulloso de esta emisión de TelevisaUnivisión? Porque no es una telenovela más del montón. Es una telenovela estelar donde las más grandes estrellas brillan como en la época de oro.
Dígame, usted, si no es un verdadero honor tener ahí, gratis, en el horario más fuerte, a dos diosas del cine nacional como María Rojo y Patricia Reyes Spíndola trabajando para la gran familia mexicana, para la gran familia latina.
Ojo: las acabamos de ver en el Ariel. María ya era Ariel de Oro. A Patricia se lo acaban de dar.
Ninguna de las dos tendría que estar haciendo televisión abierta, pero la están haciendo y la están haciendo con el mismo respeto, profesionalismo y calidad con el que hacen sus películas.
Pero no son las únicas. ¿Vio a Covadonga (Blanca Guerra) pidiéndole perdón a Benigno (Omar Fierro)? Blanca es otra diosa del cine, otra diosa del Ariel.
Y Omar va que vuela para eso porque está en su mejor momento como actor y como hombre.
Si Covadonga no fuera la asesina que es, si no fuera la megavillana que es, hubiera jurado que esa escena iba a cambiar el destino de “Amanecer” de tan bella, de tan creíble.
¿Ahora entiende cuando le digo que me siento orgulloso? ¿Y triste? ¿Por qué le digo que me siento triste?
Porque ya estamos entrando en la recta final y no sé qué voy a hacer cuando esto se acabe. ¡Dios! Son muchos personajes muy buenos. Son muchas tramas muy apasionantes. ¿Cuándo voy a volver a toparme con algo así?
Por favor, aprécielo y luche con todas sus fuerzas por seguir viendo “Amanecer” en Las Estrellas, VIX y Univision. Le va a gustar. De veras que sí.