Quiero ir a darle un beso y un abrazo a todos y cada uno de los responsables de “México canta”, el concurso de canto que la mismísima presidenta Claudia Sheinbaum anunció en “La mañanera del pueblo”.

¿Por qué? Porque los medios públicos, todos, hoy, están muy lejos de ser lo que eran hace 20 años. Ni tratemos de comparar con las grandes cadenas privadas o con las internacionales porque entonces sí lloramos.
Nuestros pobres medios públicos mexicanos de 2025 son eso, pobres y así no se puede hacer televisión de alta calidad. Así no se puede competir. Así no se puede llegar a donde se tiene que llegar.
No es un tema de despilfarro, de frivolidad, de elitismo. En televisión una señal HD es una señal HD. Un foco es un foco. Una cámara es una cámara. Un micrófono es un micrófono.
Si esto no está bien, no se puede hacer buena televisión. Punto. Es como querer hacer licuados sin licuadoras. Por más que le sepas al molcajete, un licuado se hace con licuadora.
En televisión o se invierte o no funciona. Y la inversión debe ser necesaria, oportuna y permanente.
Necesaria: si vas a hacer un musical, necesitas equipo para un musical. No de noticias. De musical.
Oportuna: si tu musical va a salir en agosto, el equipo debe estar desde muchos meses antes para que el personal se capacite, para que lo domine, para que lo pueda usar bien.
Permanente: la televisión es un animal vivo. Si no se está renovando todo el tiempo, no sirve.
¿Por qué le quiero dar un beso y un abrazo a todos y cada uno de los responsables de “México canta”? Porque son heroínas, porque son héroes.
Están haciendo un Super Bowl con dos pesos y se nota.
Si usted, como yo, vio la transmisión del domingo 17 de agosto, habrá notado la miseria.
¿Pero sabe qué fue lo más impresionante? La dignidad de todas las personas que salieron a cuadro, el orgullo, el entusiasmo, el amor con el que hicieron su trabajo.
Eso no lo tienen las carísimas superproducciones ni de los medios privados ni de las cadenas internacionales.
Esas mujeres y esos hombres se están sacrificando por las audiencias de México. Se están sacrificando por el pueblo de México. Y eso merece un aplauso.
Pero no basta con dignidad. No basta con orgullo, con entusiasmo ni con amor.
Si las autoridades de la Cuarta Transformación siguen manejando nuestros medios públicos como lo han estado haciendo desde 2018, esto va a explotar y si explota el gobierno le estará entregando el poder de la televisión a esa ultraderecha de la que tanto se queja.
Y no será por un cerco informativo. No será por el triunfo real de sus enemigos. Será porque ellas mismas mataron a sus medios.
¿Qué le puedo decir de “México canta”? Que es una idea maravillosísima y que si uno se pone el “chip” de los muy austeros medios públicos de hoy puede sentir que está viendo una superproducción.
¿Cuándo había visto usted todos esos videos grabados en Estados Unidos, ese escenario gigante y una dinámica de este tipo desde que entró la 4T?
Pero no se va a lograr lo que la presidenta pidió si no se hace lo que se tiene que hacer en estos casos y ya no hablo únicamente de dinero, de equipo o de calidad técnica.
¿Cómo es posible que nos pongan un concurso de canto donde todo el tiempo nos están diciendo que no es un concurso de canto?
Si no es un concurso, no hay nota, no hay drama. ¡Para qué lo veo!
¿Por qué está gente le tiene tanto miedo a competir? Competir no es pelear. Competir es crecer. Si gana una, si gana uno, ganamos todas, ganamos todos. ¡Basta!
Igual, si esto es un contenido de música, ¿por qué no invitaron a la prensa de espectáculos?
¿Ustedes creen que la música mexicana del siglo XX, a la que dicen que adoran con todo su corazón, hubiera sido lo que fue sin el apoyo de la prensa de espectáculos?
¿A qué le tienen miedo? No te puedes quejar de un cerco informativo cuando tú te estás cerrando a los medios que te corresponden.
Y si lo haces porque supones que toda la prensa de espectáculos es chismosa, tú tienes exactamente esos problemas de odio, clasismo y discriminación de los que tantos te quejas.
Jamás llegaremos a un cambio en las narrativas sin el respaldo de la prensa de espectáculos. Jamás.
A propósito de narrativas, urge explicar bien, a cada rato, a lo largo de la transmisión, por qué sólo estamos viendo a los participantes de cierta zona de cierto país porque el público no tiene la obligación de saberlo todo y hay un punto en que las audiencias se confunden.
Fue muy hermoso lo que se cantó, fueron preciosas las historias de vida pero fue delicadísimo que jamás vimos a todos los participantes unidos cantando ya no se diga el himno de “México canta” (que no existe), lo que sea.
Aunque estuvieron todos en fila india, como niños regañados, en el último momento, no pudimos conectar. La estructura del programa no lo permitió. Y mire que hubo jueces como Regina Orozco que se aventaron unos comentarios divinos.
Sentí a Andrea Núñez tensa en la conducción. Luisa Iglesias, en contraste, lo hizo espléndido (aunque le urge un “stylist” que la vista para esta clase de eventos), pero el que verdaderamente me dejó con la boca abierta fue Orlando Abad, el chico del “backstage”.
¡Qué talento de hombre! ¡Qué agilidad mental! ¡Qué capacidad para combinar lo emocional con lo racional! ¡Es el conductor que México esperaba!
Me preocupa “México canta”. “Me preocupa” que no veo a los participantes haciendo gira por los programas de todos, de absolutamente todos los medios públicos mexicanos.
Me preocupa que no haya repeticiones en algún momento en que no esté la sombra de “La casa de los famosos México” enfrente.
Me preocupa que no se esté transmitiendo en las pantallas gigantes de las calles de las ciudades precisamente como ocurre con las “viewing parties” de “La casa de los famosos México”.
Me preocupa que no escucho las canciones en las estaciones de radio ni de los medios públicos ni de los privados.
Me preocupa que no veo la playlist en Spotify donde, según yo, ya hubo quién les robó el nombre y puso otras rolas, algunas de ellas con la letra E, de explícito, que es justo lo que está pidiendo la presidenta que se cambie.
¿Le sigo? No, mejor ya no. Luche con todas sus fuerzas por ver esto los domingos a las 19:00 por Canal 22 (queda en YouTube) y dígame si le gusta o no y por qué. ¡Gracias!