Espectáculos

'Marcial Maciel. El lobo de Dios'

Por favor deje de hacer cualquier cosa que esté haciendo, métase a la plataforma HBO MAX y vea “Marcial Maciel, el lobo de Dios”.

Esta miniserie documental escrita por Nicolás Gueilburt y dirigida por Matías Gueilburt no es sólo un maravilloso ejercicio periodístico, es una de las mejores miniseries documentales de toda la historia del cine y la televisión de América Latina.

¿Por qué? Porque su nivel de profesionalismo supera, por mucho, lo que mil y un entidades han querido hacer en los últimos años.

Aquí hay una narración clara, detalladísima, súper completa de esta escandalosa historia de terror y poder.

Pero no sólo eso, es una narración admirablemente imparcial que toma en cuenta todos, absolutamente todos los elementos.

Desde Juan Pablo II hasta la responsabilidad de los padres de familia en estos casos de abuso sexual pasando por presidentes, millonarias y periodistas.

“Marcial Maciel, el lobo de Dios” pasa todas, absolutamente todas las pruebas periodísticas habidas y por haber.

No hay manera de decir que esto es tendencioso, que esto se está haciendo por odio o que aquí hay mano negra política, empresarial o religiosa.

Tampoco se puede afirmar que se trate de un ejercicio de sensacionalismo o que HBO MAX esté buscando “rating” fácil.

Si alguien inscribe “Marcial Maciel, el lobo de Dios” a los más exigentes concursos y festivales de documentales del mundo, gana porque gana.

Y es que todo lo que le esto diciendo hay que sumarle una investigación brutalmente minuciosa que sí encuentra su traducción al lenguaje cinematográfico.

“Marcial Maciel, el lobo de Dios” es una obra de arte. Hay belleza en ella, en su la fotografía de Pablo Galarza, en la edición de Exequiel Chamorro y Sebastián Polze.

Y como es un contenido de HBO MAX, no es sólo un producto latinoamericano. Es un producto global.

Mire, se lo voy a decir con todas sus letras y que me perdone quien me tenga que perdonar: “Marcial Maciel, el lobo de Dios” es para las miniseries documentales lo que “Adolescencia” para las miniseries de ficción.

¿Necesito decir algo más? Sí. Que pocas veces en mi larga vida he visto testimonios más honestos, más serios y más desgarradores que los que vi en esta producción de Sebastián Gamba, Julián Russo y Matías Gueilburt de la casa productora Anima Films.

Juro que ver a esos adultos mayores narrar lo que vivieron de niños es algo mucho muy fuerte, algo que queda en el alma.

Y lo más tremendo es que, contrariamente a lo que muchos documentalistas hubieran hecho, aquí no los sacan haciendo lo obvio, llamando la atención con lo de siempre.

¡No! Atrás de ellos hay resiliencia, hay empoderamiento, hay dignidad. Eso no se paga con nada.

Ni caso tiene que le diga de qué trata “Marcial Maciel, el lobo de Dios”. Muchísima gente de todo México, de Estados Unidos y de los cinco continentes conocen, o creen que conocen esta historia.

Yo sólo le voy a decir algo: cualquier cosa que usted sepa o que crea que sabe es nada en comparación con lo que va a ver aquí.

Por favor deje de hacer cualquier cosa que esté haciendo, métase a la plataforma HBO MAX y vea “Marcial Maciel, el lobo de Dios” ya, ya, pero ya.

En casos como éste yo no sé si aplique mi frase “le va a gustar, de veras que sí”, pero de que le va a ofrecer un gran momento de “streaming”, se lo va a ofrecer. Va mi palabra de por medio. ¡Felicidades!


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • [email protected]
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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