Al nuevo siempre se le trata con cariño, se le perdonan cosas que jamás se le perdonarían a los demás.
¿Por qué? Porque es el nuevo y porque ser eso en un contexto como el mexicano no es cualquier cosa.
Aquí, casi para todo, mandan muy pocos, se cometen abusos y el contexto es tan cerrado que no se puede llegar.
El nuevo está ahí porque llegó, porque se atrevió a luchar contra el sistema y si se logra, le meterá un susto a los abusivos, será una especie de justiciero.
Su presencia nos manda un mensaje de esperanza.
¿De qué le estoy hablando? De Imagen Televisión, de la tercera cadena de televisión abierta privada nacional, del nuevo.
Obviamente, esa compañía ni remotamente tiene los recursos de Televisa o de Tv Azteca.
No hay manera técnica, comercial ni social de que sus programas se ponga al tú por tú con los de señales como Las Estrellas y Azteca 13. ¡No la hay!
Por lo mismo, quienes consumimos televisión la miramos diferente. La miramos como alguna vez vimos a la primera Tv Azteca. ¿Se acuerda?
¿Cuántos años tardó la televisora del Ajusco, en la época de oro de las telenovelas, en crear un melodrama que llamara la atención como los del consorcio de El Tigre? ¡Muchísimos!
Hoy, que para nada estamos viviendo algo parecido a una época de oro en el mundo de las telenovelas, es poco menos que imposible que Imagen Televisión genere algo como La doble vida de Estela Carrillo o La fiscal de hierro.
¿De dónde va a sacar los presupuestos, los modelos de negocio, las historias, los actores, los directores, los productores, los vendedores, los programadores y lo más importante, la experiencia para grabar algo así?
Y peor tantito, ¿cómo le va a hacer para que funcione, para que tenga rating, ventas publicitarias, para que se mencione en la prensa nacional, para que figure en las redes sociales y se exporte? ¡Cómo!
Por eso yo siento un respeto muy grande por el estreno ahí de Las verdades bien cantadas, la telenovela sobre la vida de Paquita la del Barrio.
No hay nada más fácil que atacar esa bionovela porque Paquita no es un personaje que artística o ideológicamente se pueda comparar con Celia Cruz o Juan Gabriel.
No hay nada más sencillo que hacerla pedazos por la ausencia de méritos históricos de esta señora que últimamente ha hecho algunas de las declaraciones más aberrantes de toda la industria del espectáculo de habla hispana.
E, igual, destruir el trabajo de todos los involucrados en este proyecto es un juego de lo más básico porque está lleno de lugares comunes, de situaciones dramáticas que se pudieron haber resuelto de otra manera y hasta de errores de grabación.
¿Pero sabe qué? Al menos yo no lo voy a hacer y la razón es muy simple:
Imagen Televisión no se lo merece a pesar de que la realización de este concepto es de la empresa Teleset, que también surte de contenidos a Televisa y Tv Azteca.
La nueva cadena de televisión abierta nacional no necesita que le pongamos obstáculos. Ya bastantes tiene en su vida diaria.
Necesita que la estimulen, que le permitan adquirir experiencia, que la dejen ser.
Yo quiero que Imagen Televisión se logre y que sea algo grande, exitoso, bonito, algo que algún día podamos criticar con el mismo rigor con que criticamos a Las Estrellas y a Azteca 13.
Si hoy le metemos el pie, ese momento tal vez no llegue nunca y estos señores van a estar condenados a transmitir puras producciones de Turquía y Brasil para llenar su parrilla de programación en lugar de darle trabajo a todas esas familias mexicanas que tanto lo necesitan.
Las verdades bien cantadas no es ni mejor ni peor que Por siempre Joan Sebastian o La ronca de oro. Es una bionovela más. Punto.
Pero qué bueno que Imagen Televisión esté invirtiendo en ella en lugar de no invertir en nada.
¿Sí entiende lo que le quiero decir? Hay que darle oportunidad a Paquita la del barrio que, además, no la tiene nada fácil.
Está programada en el horario más complicado de toda la televisión mexicana, como sándwich en medio de dos títulos que no tienen nada que ver con ella y a años luz del noticiario estelar de la noche.
Y casi nadie va a hablar de ella en los medios tradicionales porque la mayoría son competencia, por no decir enemigos, de esa corporación, ya sea por el lado de la radio, del periódico o de la mismísima televisión.
Paquita la del barrio prácticamente está condenada a muerte, y qué pena, porque sí tiene lo suyo en relación en proyectos como Mi adorable maldición y Enamorándome de Ramón.
Incluso por ahí salen muchos actores muy queridos y desde la perspectiva social se habla de temas como el bullying.
Vamos a darle “chance” a esta bionovela, vamos a verla todas las noches de 20:00 a 21:00 horas por Imagen Televisión.
Al nuevo siempre se le trata con cariño y este nuevo vale la pena. ¿O usted qué opina?