El escritor rumano Mircea Cărtărescu decía en una entrevista con un servidor que no es la inteligencia artificial el mayor peligro para la humanidad, como lo cree hoy una mayoría atenta al tema, sino que la gente se retire al metaverso, entendido el neologismo como un espacio virtual o alternativo a la realidad.
Los vínculos entre ambos mundos tienen hoy expresiones innegables. Piense usted en el interés de una empresa por anunciarse en un medio de comunicación y sepa que una mayoría pedirá saber cuántos usuarios tiene en sus plataformas, cuántas visitas, cuántos clics, sin importarle mayor cosa, o por lo menos no son prioritarios, el contenido y la calidad de los colaboradores que ahí escriben.
Veamos dos fenómenos actuales: Peso Pluma y Xóchitl Gálvez.
El primero es un joven jalisciense que literalmente sorprendió a todo mundo metiéndose a la cima internacional de las escuchas por la aplicación Spotify, desplazando a otra figura global, Bad Bunny, siendo invitado acto seguido al famoso programa The Tonight Show que conduce Jimmy Fallon. Desde esa primera incursión en lo más alto del podio, Peso Pluma ha implantado algunas marcas propias de su oficio en esa plataforma musical.
Xóchitl Gálvez, en tanto, es una senadora que en medio de los jaloneos por la candidatura de la oposición acabó en primer lugar en las preferencias de ese bloque, hasta las encuestas más recientes, sobre todo impulsada por las menciones diarias del Presidente, quien ha tenido que ser reconvenido por la autoridad electoral dada la persistencia de ataques desde la mañanera. La panista es a menudo trendic topic en la red X y uno pudiera pensar que un mayor crecimiento es imparable.
Sin embargo, este éxito virtual, innegable en el mundo digital, en este incipiente metaverso, no se ve reflejado en la realidad. Peso Pluma no ha podido vender ni la mitad de boletos para su concierto en el Foro Sol del 11 de noviembre próximo y Xóchilt Gálvez sigue abajo dos a uno ante cualquiera de las corcholatas. La realidad se impone.
