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Eliminados

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  • Alejandro Maldonado

La salida de México del mundial de Qatar ha tenido su impacto de afectación emocional. El futbol es el deporte nacional por excelencia y había expectativa por parte de la afición que ansiaba la llegada del “quinto partido”. En medio de los grandes desafíos que a diario se viven en suelo mexicano estaba el anhelo de que la selección tricolor brindara, aunque fuera por solo unos días, motivos de alegría. Irónicamente una victoria selló el destino de los tricolores, lo que a su vez dio lugar a la tristeza, frustración, críticas e incluso enojo.

Es comprensible experimentar cierto desánimo ante una eliminación en una competencia deportiva internacional; sin embargo, hay una eliminación que tiene peores y terribles implicaciones aquí y por la eternidad. No hay nada peor que quedar “eliminado” de ir al Cielo. El problema es que todos los seres humanos estamos ya “descalificados” y nos encontramos en una condición perdida.

“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”, Romanos 3.23. “Porque la paga del pecado es muerte”, Romanos 6.23a. “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”, Hebreos 9.27.

Nuestras infracciones nos han hecho merecedores de “la tarjeta roja”. Hemos fallado miserablemente en cumplir con las normas divinas, y nuestros esfuerzos religiosos, ritos, ceremonias y fachada externa son completamente inútiles para revertir nuestra condición. El aplauso y reconocimiento de otros no nos justifica ni redime. Nuestro corazón es un libro abierto ante los ojos de quien nos creó y dio la vida: “Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones”, Lucas 16.15a.

La buena noticia es que por amor a nosotros Dios ya ha provisto nuestra “calificación” celestial. Nosotros hemos sido derrotados, pero Jesucristo triunfó ya en lugar nuestro sobre el pecado, Satanás y la muerte. Él nos ofrece su vida y su victoria. “La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Depresión, frustración, ira, amargura, culpa, no son la terminal definitiva; el Cielo lo es. Apropia a Jesucristo y su triunfo eterno en favor tuyo. Pídele que te perdone y te salve. Invítalo a morar a tu corazón. Nunca te dejará ni desamparará.

Alejandro Maldonado


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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