Dado el tipo de trabajo que hago, constantemente recibo comunicados y boletines sobre diversos temas desde diferentes instancias, lugares y países. Esta vez llamó poderosamente mi atención un material a propósito de la endometriosis, dirigido particularmente a las mujeres, aunque dada la responsabilidad que al menos en este espacio sí tenemos con la verdad, estoy obligado a compartirlo con mis 17 apreciables lectores y evidentemente con las mujeres que se topen con él.
Como no soy médico y no ando por la vida recomendando tomar tal o cual cantidad de químicos disfrazados de medicina a nadie, me puse a investigar y sucede que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la endometriosis es una enfermedad crónica en la que el tejido que normalmente recubre el interior del útero (llamado endometrio), crece fuera de este; es un tejido que responde a las hormonas del ciclo menstrual y provoca inflamación, dolor crónico e incluso puede afectar la fertilidad.
La Secretaría de Salud detalla que la endometriosis afecta aproximadamente al 10 por ciento de las mujeres en edad reproductiva y puede manifestarse con síntomas como dolor intenso durante la menstruación, dolor al tener relaciones sexuales, sangrado irregular, fatiga, náuseas, e incluso síntomas emocionales como ansiedad y depresión. Además, puede causar infertilidad.
El diagnóstico definitivo requiere una evaluación médica especializada y a veces cirugía para identificar las lesiones; no hay cura, pero sí tratamientos hormonales y quirúrgicos que buscan controlar los síntomas y preservar la calidad de vida.
Así que el dolor menstrual no es una molestia que deba normalizarse o pasar desapercibida, según explica la doctora Lourdes Flores, especialista en ginecología y obstetricia. Más allá del dolor durante la menstruación, que muchas asumen como algo habitual, esta enfermedad es una sombra que se cierne sobre la calidad de vida de quienes la padecen.
La normalización del dolor lleva a muchas mujeres a esperar demasiado para buscar ayuda, señala, lo que retrasa el diagnóstico y un tratamiento oportuno que pueda aliviar los males y preservar la fertilidad.
Así que es más que evidente que no hay que resignarse ni acostumbrarse a un cuerpo que duele. Si el malestar impide vivir con normalidad, es momento de acudir al médico. No solo para mitigar el dolor, sino para cuidar la salud integral. Reconocer el dolor y buscar ayuda es un acto de cuidado y respeto hacia una misma… la doctora afirma que la menstruación no debe doler.