En consulta, una de las frases que más escucho de personas mayores de 50 años es:
“Ya no tengo la misma energía mental.” No lo dicen con tristeza, lo dicen con resignación. Como si fuera algo normal.
Y sí, hay cosas que cambian con la edad. Pero envejecer no es lo mismo que deteriorarse.
La mente también se puede entrenar. Y como todo lo que se entrena, también necesita recuperarse. ¿Y sabes qué es lo que más impacta en ese proceso de recuperación mental?
No son los suplementos caros. No son las apps de memoria. Es algo más básico… y más poderoso: la forma en la que comemos.
Hoy sabemos que los cerebros cansados, irritables o lentos no aparecen de la nada.
Suelen tener detrás años de inflamación, picos de glucosa, deficiencias silenciosas de vitaminas, desregulación del sueño, alteraciones en la microbiota intestinal o falta de ritmo en los horarios de comida.
Y lo más importante: que muchas de estas causas pueden prevenirse. No con dietas extremas, sino con decisiones repetidas. Porque el deterioro no llega en un solo evento. Llega por acumulación. Sé que este tema genera escepticismo. Todos conocemos a alguien que vivió 90 años lúcido comiendo de todo, sin restricciones. Y qué maravilla que haya sido así.
Pero la ciencia no estudia excepciones. Estudia repeticiones. Y en los estudios, lo que se repite una y otra vez es esto: las personas que comen mejor, envejecen mejor. Piensan con más claridad. Tienen mejor memoria. Se sienten más conectadas con el presente.
Esto no significa que debamos vivir con miedo al deterioro cognitivo. Significa que tenemos una oportunidad. La oportunidad de darle al cerebro lo que necesita para mantenerse activo, creativo, estable y resiliente.
Por eso, este miércoles 6 de agosto, a las 4:00 p.m., daré una conferencia gratuita en Silverclub (Calzada del Valle 409, 2° piso), donde compartiré las estrategias más actuales y prácticas para alimentar tu mente, mejorar tu energía, tu estado de ánimo y tu salud cerebral. Si eres mayor de 50 años, o conoces alguien de esta edad que pueda beneficiarse de esta información, reserva lugar al 811 666 8253. Y si quieres comenzar hoy a vivir más y mejor, aquí un punto de partida: Incluye alimentos ricos en antioxidantes como moras, jitomate, cúrcuma, espinacas, nueces y aceite de oliva extra virgen.
Agrega fuentes naturales de triptófano (esencial para tu salud cognitiva) como garbanzos, avena o plátano. Y no olvides cuidar tus horarios: comer tarde o saltarte tiempos también impacta tus procesos mentales.
En tus estudios de sangre, vale la pena revisar niveles de vitamina B12, D3, homocisteína, glucosa en ayuno, colesterol HDL y PCR ultrasensible.
Todos ellos nos dan pistas de cómo está funcionando tu cerebro, si hay o no inflamación, si hay procesos de oxidación sucediendo ahí dentro o todo está… y más importante, nos ayudan a trazar un mapa de hacia dónde puedes dirigir tu alimentación y suplementación.
Tu memoria, tu energía y tu ánimo no dependen solo del paso del tiempo, dependen de lo que repites cada día.
