Política

Se acabó el pacto no escrito del saqueo

Por mucho tiempo, en la política municipal se dio una especie de “secreto a voces” que nadie firma, pero todos entienden y consiste en que el que se va, no toca al que llegó antes, porque sabe que después le tocará a él.

Un ciclo perverso y perfectamente aceitado donde el saqueo se denuncia, se olvida y se repite.

Los exalcaldes suelen apostar al paso del tiempo. Se tiran al cómodo colchón de la impunidad creyendo que las cuentas no se les van a cobrar. Y a veces tienen razón, porque la historia les ha demostrado que robar desde una presidencia municipal sale barato.

Pero ahora algo se mueve.

El gobernador Alejandro Armenta levantó la voz. Dijo con claridad que no meterá las manos por nadie. Y nadie, es nadie. Ni los que fueron, ni los que están, ni los que piensan que tener “una línea directa” con Casa Aguayo los vuelve intocables.

Y como para que no quedara duda, la presidenta del Congreso local, Laura Artemisa García, repitió que si los exediles (muchos de ellos reelectos) no solventan las observaciones que tienen ante la Auditoría Superior del Estado, no vayan después con el discurso desgastado de la “persecución política”.

La advertencia es clara pues ya no basta de publicar una cartita de indignación en redes sociales o mandar al síndico a “arreglar las cosas”. Las irregularidades documentadas ya no se están guardando en el cajón.

Y ojo, porque esto no es solo un mensaje para los que ya se fueron, sino para los que están en funciones, para que no olviden que “los carniceros de hoy serán las reses del mañana”. Y en la política poblana, esa frase dejó de ser metáfora para volverse sentencia.

***

En Tlaxcala, la salida de Octavio Ortega de la coordinación de Comunicación Social del gobierno estatal desató grillas, rumores e intrigas que se apagaron rápido.

Nada de fuego amigo ni complots. Ortega fue llamado al equipo de comunicación de la Secretaría de Turismo federal que encabeza la tlaxcalteca Josefina Rodríguez. Movimiento estratégico, con visión nacional y aprovechando su buena relación con medios capitalinos.

En resumen, significa que Tlaxcala no ardió. Se reacomodó, aunque a algunos les habría gustado ver más drama. Y entre él y la gobernadora Lorena Cuellar no hay más que amistad.


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Alberto Rueda
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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