En Puebla, como en todo México, la inseguridad es ese fantasma que no se espanta con discursos.
Es un tema que en el pasado, en el presente y en el futuro, siempre será muy sensible para las personas de bien. Si nos sentimos vulnerables y perdemos la paz, perdemos todo.
Se trata de un problema difícil de ocultar pero no imposible de atender.
Por primera vez, desde hace mucho tiempo, el tema de la seguridad fue abordado en un encuentro entre autoridades como el alcalde José Chedraui; el coordinador de comunicación del gobierno del Estado, Pepe Tomé; el estratega Javier Sánchez Galicia y el secretario general de gobierno municipal, Franco Rodríguez, entre otros. Del otro lado, los representantes de los medios de comunicación más serios y de mayor prestigio en Puebla. El tema que se puso sobre la mesa fueron los resultados positivos en materia de seguridad, aunque estos no logran reflejarse en la percepción.
¿Cómo lograrlo? No es un tema sencillo, sobre todo cuando la principal tarea del periodismo es decir la verdad sin adornos y menos de forma descafeinada, pero en varias cosas coincidimos.
1.- Todos somos poblanos y a todos nos preocupa que la inseguridad se desborde (no ha ocurrido).
2.- No hay en quien esto escribe ni tampoco en la de mis colegas, la intención de lucrar con un tema tan delicado. No se trata de eso.
3.- La inseguridad no debe ser un tema exclusivo de los gobiernos, sino es un tema que nos involucra a todos como sociedad.
Hoy la seguridad en el estado y en la capital está en manos de dos militares de alto rango: el vicealmirante Francisco Sánchez en el estado y el coronel Félix Pallares en el municipio. Los dos, evaluados por Marina y Defensa y sin interés políticos, algo que les ha permitido lograr golpes duros contra el crimen.
Desde Claudia Sheinbaum, pasando por Alejandro Armenta y hasta José Chedraui, la estrategia dio un giro pues se acabaron los abrazos de AMLO. Ahora hay que demostrar que el cambio es real.
La crítica (la auténtica) debería ser el GPS que oriente la estrategia, pero en mucho, los asesores fabrican una versión edulcorada que nada tiene que ver con lo que pasa en la calle.
Puebla es nuestra casa común y sí, hay avances, pero en seguridad, bajar la guardia un segundo puede significar retroceder años. Porque si no, lo que el gobierno ve desde su oficina y lo que el ciudadano siente en la calle seguirán siendo dos realidades distintas.