El PRI en Puebla es un barco que hace agua por todos lados. El PRItanic que hoy comanda Néstor Camarillo está en fase terminal, pero aún le queda una última pelea para decidir quién será su sepulturero. Sí, ni siquiera se habla ya de resurrección, sino de quién cargará el ataúd.
Camarillo quiere seguir aferrado al timón, como si no fuera él mismo quien llevó la nave directo al iceberg. La diputada local Delfina Pozos dice estar lista para el reto de administrar las ruinas y Lorenzo Rivera Jr. sueña con rescatarlo, aunque todo indica que su misión es tan posible como reflotar al Titanic.
¿Qué interés puede haber en quedarse con un partido que ya no tiene futuro, que difícilmente alcanzaría el 3% de la votación? ¿Es la fe ciega en una marca caduca o el apetito por las migajas de poder, prerrogativas y candidaturas de consolación que todavía reparte?
El PRI en Puebla ya no pelea por ganar elecciones. Apenas compite por ver quién redacta la esquela.
Los adelantados
Ni un año en el cargo y ya andan operando y pensando en el 2027. Diputados federales, alcaldes y legisladores locales todavía no rinden su primer informe y ya se ven en la boleta para reelegirse o brincando a otro puesto. Lo increíble es que muchos no han entregado absolutamente nada. Ni una iniciativa aprobada, ni un Plan Municipal de Desarrollo presentable, ni una obra que presumir.
El calendario es inapelable ya que el 1 de septiembre los diputados federales deben informar, el 15 de septiembre los locales y el 15 de octubre los presidentes municipales. ¿Y qué cree? Llegarán a esa cita con las manos vacías o con un desfile de cifras alegres, desconectados de la realidad, pero eso sí, con el discurso listo para convencernos de que “el próximo trienio” ahora sí.
Es el sello de nuestra clase política donde piensan más en su siguiente cargo que en el que ya tienen. Convertir la reelección en una obsesión, no en un premio al buen desempeño. Y mientras ellos sueñan con el 2027, la realidad los rebasa.
Pero ahí los tiene, haciendo cuentas alegres, repartiendo sonrisas, buscando reflectores.
¿Con qué cara le van a pedir otra vez el voto a los ciudadanos si ni siquiera han podido cumplir el primer año?