La realidad se impone con fuerza en las calles de Los Ángeles y otras ciudades de Estados Unidos a través de redadas, toques de queda migratorios y familias poblanas que viven con el alma en vilo.
El Tío Sam ha vuelto a sacar su garrote migratorio. ICE es ahora el villano favorito de la comunidad latina y se ha puesto creativo con operativos exprés que más parecen emboscadas que procedimientos legales. Y ahí están los poblanos, una de las comunidades más grandes de mexicanos en la unión americana, viendo cómo su esfuerzo de años puede desmoronarse en segundos. De Nueva York a Chicago, de Texas a California, la hostilidad de estos operativos es evidente y el sentir de nuestros connacionales es de soledad diplomática.
¿Y el gobierno mexicano? Desde las más altas esferas se ha pedido que nuestros connacionales se porten bien y que eviten actos de vandalismo.
En Puebla, el gobernador Alejandro Armenta levantó la voz prometiendo un plan que aún no tiene nombre, donde se trabaja en la estructura, y se ajusta el presupuesto. Dijo que apoyará a los paisanos si regresan y mientras tanto enviará un grupo de abogados que puedan asesorar a los paisanos asediados por las redadas.
Y es que la de los poblanos en Estados Unidos no es cualquier comunidad, ya que estos no solo mandan saludos sino mandan dinero. Más de 2 mil 300 millones de dólares en remesas solo en 2023 y gracias a ellos, muchas comunidades siguen respirando. Gracias a ellos, se mantiene a flote un sector económico invisible y si ese flujo se corta por deportaciones masivas, el efecto dominó será brutal con una oleada de pobreza, desempleo, migración interna y violencia.
El migrante se convirtió en el cajero del sistema, pero el problema es serio ya que la migración poblana está en riesgo si desde la Federación no se toman medidas más adecuadas en términos de política exterior. No es un tema de votos ni de imagen sino que es un asunto de justicia y estrategia. Porque si no hay una respuesta real, firme y articulada, lo que se viene es una crisis de regreso. Y no estamos listos para recibirlos.
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Mi amigo, compañero y colega, David Meléndez atraviesa un bache en su exitosa carrera, al encontrarse hospitalizado. Le deseo pronta recuperación y que regrese al ruedo lo antes posible. ¡Ánimo!