Zohaan y el paraguas rojo

Stan's Donuts & Coffee, 750 N. Rush Street, Chicago | Julio de 2024

Un niño pequeño con pantalones hasta la rodilla coloca los dos paraguas abiertos, uno al lado del otro, en el suelo. Sube un pie dentro de cada uno. Sus diminutos puños agarran los mangos y los aprietan a lo ancho de sus brazos. Los paraguas se convierten en un barco que se balancea en olas imaginarias.

“Perdone”, pregunta una joven mujer, “¿ese paraguas rojo es suyo?”. Lo había puesto en el suelo, justo al lado de la puerta, para que pudiera secarse tras un breve paseo bajo una lluvia torrencial.

“Mi hijo Zohaan está jugando con él”, continúa. “¿Le importa?”

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Zohaan lo examina todo sobre los paraguas, desde los radios hasta los cierres mecánicos y los largos tallos plateados. El paraguas rojo encaja a la perfección con el de su mamá.

Luego Zohaan se acerca a un hombre que mira por la ventana hacia las chispas de lluvia. Zohaan jala el borde de su abrigo. El hombre le tiende la mano, levanta a Zohaan y lo deja en el mostrador junto a su portátil. La madre de Zohaan se acerca corriendo y se ríe con ellos.

Otra clienta se pone una capa transparente con una calcomanía de los Chicago Cubs, preparándose para la peor tormenta del mundo, colocando una capucha puntiaguda sobre la cabeza. Zohaan jala su manga. Ella hace payasadas delante de la puerta. Zohaan ríe a carcajadas, cambiando su peso de un pie a otro.

Mientras tanto, una bofetada suena desde otra mesa, se la han dado a un niño.

“Estos niños no saben mantenerse callados”, dice alguien. La cafetera para hacer espresso chilla mientras la familia pasa en silencio uno a uno por la puerta giratoria, hacia la lluvia.

Zohaan, ya de vuelta dentro de los dos paraguas, con un pie en cada uno, guía su barco a puerto seguro a través de las olas del mar.

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AQ