Ángel Torres, fundador de “Todos Somos Anfitriones”, aseguró que la gentrificación es resultado de la falta de planeación, regulación y acceso a vivienda asequible, además de la precarización laboral. Aclaró que el fenómeno es global e hizo un llamado a abordar el problema sin recurrir al odio ni a la exclusión.
Destacó que criminalizar a visitantes o anfitriones no resuelve la situación, pues muchos mexicanos han encontrado un sustento compartiendo su hogar y cultura. Añadió que el turismo es una fuente de empleo y empoderamiento que debe ser protegida y mejor gestionada.
En entrevista para Notivox Televisión con Samuel Cuervo, el activista y fundador del colectivo enfatizó que, el camino debe ser el diálogo incluyente, la programación urbana y los foros propuestos por la Jefatura de Gobierno. Subrayó que es posible mejorar la calidad de vida sin caer en narrativas simplistas o excluyentes.
Asimismo, expuso que más de 80 mil personas viven del turismo de estancias eventuales, lo cual ha descentralizado la oferta, llegando incluso a zonas donde no existen hoteles. Precisó que su objetivo ha sido ampliar las oportunidades, no concentrarse en áreas como la Roma o Condesa.
Reconoció que ha existido autocrítica dentro de su comunidad, y que se han planteado mecanismos para evitar abusos. Aseveró que, ser anfitrión es una profesión exigente que requiere tiempo, capacidades y compromiso, no simplemente rentar un espacio vacío.
Añadió que, si bien es necesario regular, los modelos internacionales como los de Europa o Nueva York han fracasado y detalló que dichos esquemas no han reducido rentas ni generado más vivienda asequible y, por el contrario, elevaron los costos en general.
A su vez informó que el 60 por ciento de quienes se hospedan en estas estancias son mexicanos, muchos por motivos médicos, laborales o académicos. Apuntó que responsabilizar a los anfitriones del encarecimiento de la ciudad es injusto, pues apenas representan el 1 por ciento del parque habitacional.
Y comentó que se requieren soluciones estructurales, no culpables individuales por lo que recalcó que la hospitalidad mexicana, su cultura y gastronomía están en riesgo si no se aborda el tema con seriedad. “Necesitamos hojas de ruta que generen oportunidades para todos”.
LG