Durante un período de casi tres años, el control del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) estuvo distribuido en dos frentes. Desde el ámbito civil, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) era la responsable de su estructura orgánica, mientras que la Secretaría de Marina (Semar) estaba al mando de las operaciones en materia de migración y aduanas.
El 30 de junio de 2025, con la consolidación del Grupo Aeroportuario Marina, la directriz naval-militar terminó por desplazar a las autoridades civiles de las responsabilidades que antes tenían en el aeropuerto más importante del país. ¿Cómo se desarrolló este proceso y qué debates ha generado el traslado del AICM a la Semar? Conoce los detalles en MILENIO.
De la vigilancia a la administración: el avance de la Marina en el AICM
En julio de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Programa Sectorial de la Marina que enlistaba los principales objetivos de la institución para los siguientes cuatro años.
Como parte de un análisis al panorama del país, la Semar identificó a la delincuencia organizada como una de las principales amenazas para México, debido a las actividades transnacionales que llevan a cabo a través de los mares y el espacio aéreo.
Para ese entonces, ya habían pasado tres años desde que a la Armada de México se le otorgaron atribuciones para vigilar zonas marinas, costas y recintos portuarios, en atención a "la necesidad permanente de la salvaguarda de la vida humana en la mar".
En el Programa Sectorial no se contemplaban acciones específicas de la institución naval en el sector aéreo del país, pero en febrero de 2022 el reforzamiento de la seguridad fue el argumento que utilizó el gobierno federal para ordenar el despliegue de mil 500 elementos en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, nombre oficial del AICM.

Por decisión del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, esta fuerza naval asumió la vigilancia de la terminal en las áreas de migración y aduanas. En una de sus conferencias matutinas, el originario de Macuspana, Tabasco, mencionó que la presencia de los marinos buscaba evitar las extorsiones, la corrupción y el contrabando.
"Que las aduanas no estén controladas por delincuentes, ni de la llamada delincuencia organizada ni de la delincuencia de cuello blanco", era la principal finalidad de esta medida, según compartió el tabasqueño.
Para darle continuidad a esta estrategia, en julio del mismo año López Obrador nombró como director general del AICM a Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, vicealmirante piloto aviador egresado de la Heroica Escuela Naval Militar. Aunque en un inicio se contemplaba la intervención de la Semar únicamente en labores de seguridad, en 2023 se oficializó el traslado total del AICM a la corporación.
"En años anteriores hubo un descuido sistémico en las terminales aeroportuarias, ya que el servicio presentaba deficiencias, con áreas y equipamiento mal aprovechados, lo que generó actos destinados a comprometer la seguridad de la aviación civil y del transporte aéreo", puede leerse en el decreto publicado el 8 de agosto de 2023.
Después de un prolongado proceso de transición, el 30 de junio de 2025 se declaró consolidado el Grupo Aeroportuario Marina, nuevo nombre comercial bajo el cual quedaron fusionadas las paraestatales Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) y Servicios Aeroportuarios de la Ciudad de México (SACM) que antes desempeñaban funciones administrativas y técnicas en el AICM.
Con lo anterior, la Semar no sólo absorbió la responsabilidad de cuidar el AICM, sino que también quedó al frente de actividades como la recaudación de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) y la administración de los recursos.

¿Qué papel juega la SICT en el nuevo esquema?
La fusión de paraestatales y su adhesión al Grupo Aeroportuario Marina —nuevo nombre comercial del AICM— marcó el fin de más de 70 años de administraciones de carácter civil en el aeropuerto de la capital.
En esta amplia trayectoria destaca la participación del organismo público descentralizado Aeropuerto y Servicios Auxiliares (ASA), creado en junio de 1965 para encargarse de operar, administrar y dar mantenimiento a todos los aeropuertos civiles del país.
Inicialmente, el patrimonio de ASA estuvo conformado por el AICM y otros 33 aeródromos que proporcionaban servicios de aterrizaje y despegue. En 1978, durante un proceso de reorganización en el sector paraestatal, ASA consiguió también la autorización para suministrar los combustibles y lubricantes de las aeronaves.
En el contexto actual, ASA es una de las entidades dependientes de la SICT enfocadas en el desarrollo del sistema aeronáutico mexicano. La triada la completan la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) y Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM).
No obstante, el organismo se vio orillado a reducir de forma drástica sus labores relacionadas con el AICM —la terminal más atractiva que estaba bajo su administración— desde que la Marina comenzó a ganar terreno.
Sumado a la pérdida del control del AICM, ASA anunció en febrero de 2025 la cancelación de su servicio de autobuses que ofrecía traslados de conexión entre el Benito Juárez y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Según el comunicado del organismo, al finalizar este servicio "se promueve el crecimiento del mercado y la libre competencia".
Cinco días después de que se concluyera el traspaso del AICM a la Marina, la SICT anunció una inversión millonaria en coordinación con la iniciativa privada para impulsar la modernización de aeropuertos como el de la CdMx, Puerto Escondido, Tepic, Cancún, Guadalajara, Tijuana y Monterrey.
El monto aportado por la Secretaría será, precisamente, a través de ASA, pero la administración de los recursos recaerá únicamente en la institución naval.
¿Militarización o reordenamiento? El debate sobre la Marina el AICM
Durante los últimos años, los movimientos para conceder mayores atribuciones a las Fuerzas Armadas han sido objeto de múltiples críticas y señalamientos, pues desde algunos sectores se teme que esto pueda traducirse en un proceso de militarización.
Los detractores de estas iniciativas han citado entre sus argumentos la redacción del artículo 129 de la Constitución Política que estaba vigente hasta septiembre de 2024.
La norma establecía que "en tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar", pero fue reformada para desdibujar dicha restricción. El texto vigente señala que las autoridades militares sólo podrán realizar las funciones "previstas en esta Constitución y las leyes que de ella emanen".
Asimismo, se han desatado dudas sobre el desempeño de las Fuerzas Armadas en actividades de carácter civil debido a que su formación está regida por lógicas y principios militares.
En respuesta , personajes como el vicealmirante Tiscareño han señalado que este cambio busca establecer una administración basada en los valores que rigen a la Semar, sin que esto implique acciones militares de control.
BM.