El joven pianista colombiano Manuel Arango Pérez experimentó desde niño la pasión por la música en su natal Santa Rosa de Osos. Cuando en su casa ponían discos de música clásica, dice, “me daban ganas de llorar, no sé ni por qué, pero me emocionaba mucho. Yo cantaba mucho y muy afinado. Luego, al oír a la banda del pueblo me pareció muy bonita la trompeta y la toqué algunos años, pero no me fue muy bien”.
Su padre le sugirió el órgano y le recomendó que le pidiera a Santa Cecilia que le hiciera el milagro de aprender a tocarlo. Más que un milagro fue su voluntad y algunas clases lo que le permitió hacer música con el instrumento, pero tiempo después cambió al piano, con lo que su destino se decidió. Luego de estudiar en la Fundación Universitaria Bellas Artes con el profesor Gustavo Isaza, se graduó con honores en piano clásico en la Universidad EAFIT de Medellín con la maestra Blanca Uribe. Con la más alta distinción realizó su maestría en piano en la Universidad de Montreal, Canadá, con los profesores Jean Saulnier y Paul Stewart.
Al tiempo que prepara su doctorado en la Universidad de Montreal, Arango Pérez suele acompañar coros, violinistas o cantantes, pero recientemente ha puesto mayor énfasis en su faceta de concertista. “Hago conciertos entre Canadá y Colombia y por primera vez me presentaré en México el 21 de enero a las 17 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Centro Cultural Jardín Borda en Cuernavaca, Morelos, en un homenaje al maestro Mario Lavista”.
El tema de su tesis doctoral es la obra de Enrique Granados, pues le interesa mucho la relación entre la música y otras artes, que en el caso del compositor español tiene que ver con la pintura. “Hay una suite de Granados, Goyescas, que fue inspirada en la obra de Francisco de Goya, de la que tocaré ‘Quejas o la maja y el ruiseñor’ en mi presentación”, indica.
El programa incluirá también “Toccata en mi menor BWV 914”, de Johann Sebastian Bach; “Siciliana BWV 103”, de Bach/Kempff; “Polonesa-Fantasía, Op. 61 en la bemol mayor”, de Frederick Chopin; “Para ti”, de Emilio Murillo, y “Chacona en re menor BWV 1004” de Bach/Busoni.
Ganador de certámenes como el Concurso Pianissimo de Medellín y de la convocatoria del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá, el pianista considera que “el arte es demasiado importante socialmente. El arte es belleza, silencio, tranquilidad, pero también incomodidad, porque a veces dice cosas incómodas. El mundo necesita del arte y esto lo vimos sobre todo a partir de la pandemia”.
Coda
Enamorado de la cultura mexicana
Arango Pérez, quien creció escuchando a José Alfredo Jiménez, se confiesa “un enamorado de la literatura mexicana, sobre todo de los más grandes poetas, como sor Juana y Octavio Paz. Admiro el orgullo que los mexicanos tienen por su cultura, sus tradiciones y su pasado. Me dan muchos celos no ser mexicano”, dice entre risas.