Sociedad

Las 100 personalidades Lgbt más influyentes de la revista ‘Out’ o la peste del éxito gay

Pasó en un capítulo de la serie “Queer as folk”, según recuerdo. La versión gringa. La más exitosa. La que opacó la buena intención británica. Una conversación lineal sobre las caminadoras eléctricas de un costoso gimnasio de Pittsburgh. Como todo en esa serie que se restringía al poder adquisitivo de la clase media. En la toma cuasi panorámica con vistas a los rascacielos a alguien se le ocurre decir que nunca ha abierto una revista “Out”. Absolutamente todos paralizan la rutina de cardio, asombrados por la confesión. ¿Sabes que acabas de romper uno de los códigos gays más sagrados? ¿Que clase de homosexual no lee “Out”? En cierto modo empiezan a bullearlo. Dando a entender que un gay que no se entere de la actualidad mundial a través d las páginas de una revista oficialmente Lgbt es un desertor que merece humillación.

“Out Magazine” es quizás de las publicaciones que bien podrían considerarse clásicas en el sistema de medios de comunicación estadunidense. Pionera en dirigirse abiertamente al nicho del arcoíris sin reticencias para no escandalizar a los lectores bugas que empezaron a ver la portada de una “Out” entre la “Men’s Health” y la “GQ” en el puesto de revistas. Ahora es bien cagado notar que prácticamente no hay diferencia entre la “Men’s Health” y la “GQ” con “Out”. Hoy todas las publicaciones especializadas en el estilo de vida para hombres parecen revistas gays. Repletos de batos mamados y portafolios de moda que solo tienen sentido detrás de cajas de luz. La igualdad respaldada por las grandes marcas de diseñador y su aspiracionismo bananero.

Como cada diciembre, la revista “Out” publica una lista de las 100 personas más impactantes e influyentes de la comunidad Lgbtiq. En teoría la selección de nombres es mundial. Pero la gran mayoría de los perfiles son de nacionalidad norteamericana.

Si como dice Camus en su novela “La peste”, sobre una epidemia de fiebre, escalofríos, sangre y muerte en la Argelia de mediados del siglo pasado: “Sí, en la desgracia había una parte de abstracción y de irrealidad. Pero cuando la abstracción se pone a matarlo a uno, es preciso que uno se ocupe de la abstracción” los homosexuales ni eso.

Este año de coronavirus, dice la redacción de “Out”, los personajes queers y de la comunidad trans fueron los más significativos. Quienes están cambiando las reglas del juego. Un juego millonariamente empresarial. El 90% de la tradicional lista Out100 son personas con cargos ejecutivos. Directores de marketing, los CEO o productores de algún exitoso programa para la televisión. Diseñadores de moda, emprendedores de marcas incluyentes o senadores del Partido Demócrata asexuados. Y desde luego influencers con un chingo de seguidores. Drag queens de rostros artificiales perfeccionados con correctores digitales, como el Facetune.

Ningún gay, lesbiana, queer o trans involucrado en la lucha contra el covid-19 que asoló el atípico 2020 es mencionado por mera tendencia especulativa. Seguro los hay. En los laboratorios donde investigan y descubren las vacunas. En las farmacéuticas que estudian cómo los antirretrovirales para el VIH podrían aportar algo de luz para el tratamiento del covid-19. En el activismo que ofrece guías para tener sexo gay en medio de la pandemia. En los historiadores del sida.

No sé de qué tanto se quejan muchos activistas, sobre todo los gringos, cuando hablan de empoderar a la población Lgbtiq. Reclamando inclusión social. Para la “Out Magazine” tal causa llegó a su objetivo. Vivimos en la explosión de la tacha económica. Aun cuando la pandemia ha provocado amargos índices de desempleo. Lo que es más, fuimos devorados por el raciocinio económico. Sin darnos cuenta. ¿Que podría ser más inclusivo que ser avalados por la pedante cultura del éxito? Lo marginal hoy es conseguir empleos rudos que solo pueden hacerlos aquellos que usen la fuerza bruta masculinamente binaria. Ganar una miseria. Romper los códigos impuestos por el consumismo de “Queer as folk”.

Por lo visto no es problema. Con que alcance para pagar las facturas de internet y la renta de la plataforma de streaming donde alberguen las estilizadas telenovelas de Ryan Murphy no hay pedo.

La ambición heterosexual ahora encabeza la lista de los personajes gays más influyentes. Imponiendo la aspiración social. Por eso hoy muchos hombres gays quieren llevar un pequeño bolso Louis Vuitton modelo multi puchette atravesado por el torso porque, según la revista “Out”, es la nueva tendencia para derribar los sistemas binarios de género impuestos por la jurisdicción patriarcal. Desde luego, muy pocos pueden desembolsar 35 mil varos mexicanos con tal de derrocar al patriarcado. Menos en año de pandemia. Pero nada que la falsificación oriental no pueda solucionar. Algo bueno saldrá de esta ilusión óptica editorial: la piratería nunca dejará con hambre a sus familias.

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Wenceslao Bruciaga
  • Wenceslao Bruciaga
  • Periodista. Autor de los libros 'Funerales de hombres raros', 'Un amigo para la orgía del fin del mundo' y recientemente 'Pornografía para piromaníacos'. Desde 2006 publica la columna 'El Nuevo Orden' en Milenio.
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