Una vez más entramos a la recta final del año sumidos en el desgastado pleito entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo en Nuevo León.
De plano la misma historia, porque la crisis política es más grande que en 2022 y ahora existe el riesgo latente de que en pleno año electoral iniciemos el 2024 sin un presupuesto de egresos aprobado por el Congreso local.
El escenario no es propicio para que se resuelva, ya que a esto se le suma la tarea de definir quién se queda como gobernador interino.
No gusta qué término, pero el resultado es claro: la ingobernabilidad cada vez se asoma más y más en el estado.
Lo peor es que los dos temas están ligados.
Ayer el encargado del Despacho del gobernador, Javier Navarro Velasco, entregó junto al tesorero Carlos Garza un Paquete Fiscal a medias, sin incluir la Ley de Egresos ni las reformas al Código Fiscal de cada año.
La apuesta es clara: iniciar el 2024 con el mismo gasto del año actual y sobre la marcha ver si un milagro o las fiestas decembrinas ablandan el corazón de panistas y priistas para negociar este asunto y el del gobernador interino.
Sin embargo, la oposición tiene otra cosa en mente: designar al interino y que este envíe al Congreso un nuevo Paquete Fiscal, completo, a modo, y a tiempo antes de que termine el año.
El pronóstico es reservado, pero la lógica nos dice que cualquiera de los dos escenarios, provocará que alguien saldrá perdiendo, y somos los ciudadanos.
Gane quien gane este round, el pleito político se recrudecerá por la dinámica propia de un año electoral, que dicho sea de paso, está en riesgo, ya que si no hay dinero, los comicios se ven comprometidos.
¿Habrá presupuesto? ¿Habrá gobernador interino? Esas son las dos interrogantes que hoy nos aquejan a los regiomontanos.
Por si fuera poco, como lo preguntábamos en este mismo espacio hace dos semanas: ¿Qué va a pasar en las primeras horas del 2 de diciembre cuando comience el periodo de seis meses de licencia?
Ese día amaneceremos con un encargado de Despacho y un gobernador interino, pero solo hay una silla; por ello no cabrán los dos en la oficina.
Veremos.
