Política

La campaña de las ideas

Hace cinco años, la gente acudió a las urnas para escribir una historia sorprendente y que aún a la distancia sigue siendo destacada.

El triunfo de la figura independiente en la elección de gobernador de Nuevo León se hizo a base de votos, en el ambiente propicio para que el ciudadano volteara a ver la otra opción, dejando de lado a los partidos.

El tiempo ha pasado y ahora Nuevo León está más cerca cronológicamente de la sucesión que de aquel histórico ejercicio democrático.

El ciudadano tiene, en consecuencia dos caminos, hacer un recuento capítulo a capítulo de estos cinco años o en una actitud más proactiva y útil observar el panorama que se conformará en estos meses hasta llegar a las urnas. Lo que no se haya logrado en cinco años, difícilmente se logrará en el tiempo restante.

Conviene, pues, tratar de echar un ojo en presente y futuro; repasar uno a uno los rubros y necesidades no cubiertas, y proyectar soluciones, más que buscar culpables. Ver en futuro, tomando en cuenta que los próximos comicios serán los más reñidos e importantes de la historia reciente.

No hay que ser un genio para saberlo, los factores que nos hacen pronosticar campañas y elecciones reñidas, se resumen en que el reto del futuro gobernante será otro.

Aquel que busque la silla deberá ir más allá de una campaña que prometa seguridad; eso se sobreentiende que debe ser garantía, tendría que ir más allá en su discurso que la clásica promesa anticorrupción, y no apostar al hartazgo generalizado, porque dicha fórmula, aunque a algunos todavía les agrade, ya se desgastó.

El que busque gobernar al estado deberá tener habilidad para lograr acuerdos, para conciliar y reconciliar. Deberá tener en mente que lejos de apostarle a dividir, el reto será ponernos de acuerdo, ir más allá de la radicalización e incluso buscar que la gente crea y vote. El enemigo a vencer ya no se reduce a un personaje, a un villano favorito o a un círculo vicioso.

El enemigo a vencer será la crisis económica que, mal manejada, podría convertirse en una crisis social. Ese es el daño colateral que dejará el covid-19, una dificultad económica que hará sentir sus efectos por mucho tiempo.

Por si fuera poco, el elegido tendrá como reto “rascarse con sus propias uñas” ante un gobierno federal que no se ha caracterizado por voltear para el norte.

Ante dicho escenario es obvio que los que quieren ser candidatos deben prepararse para ir más allá que las campañas de hace seis años; ya no será un concurso de popularidad, un fenómeno de redes, un personaje bien montado con un discurso disruptivo.

Será la campaña de las ideas; no un “todos contra uno”, eso ya pasó y es difícil que se repita.

Muchos son los aspirantes, pocos los verdaderos contendientes.

Veremos.


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Víctor Martínez Lucio
  • Víctor Martínez Lucio
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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