Para muchos es un dilema regresar o no a clases presenciales como lo marca el calendario, y como lo recomiendan especialistas en salud.
Mientras la Unicef ve con extrañeza que México sea el país con más tiempo sin ir a las aulas, hay una realidad paralela que por meses negó el gobierno de Nuevo León y ahora no tuvo más que reconocerla: las escuelas públicas están en ruinas.
Fue el propio Jaime Rodríguez quien en anteriores conferencias sobre el tema negó que los planteles estuvieran en el olvido, y él mismo ayer en un Zoom con maestros, inspectores, jefes de sectores y la propia secretaria de Educación reconoció el rezago.
Fue así como el mandatario se aferró a que el 99 por ciento de los maestros dice que no está dispuesto a volver el 30 de agosto.
“La mayoría dice que no, las razones pueden ser varias. Yo ya les expliqué al inicio que el tema material es una razón que ustedes me expresaron cuando fuimos a visitar las escuelas”, dijo el gobernador.
“Esa es una razón, ¿están o no en condiciones? Muchos dijeron que no y fuimos a revisar, en total 647 escuelas tenían condiciones más difíciles de mantenimiento. El resto va a estar listo, esa es nuestra responsabilidad, la nuestra”, agregó.
En 14 días que restaban al momento de esa declaración, la tarea suena complicada; equivale a reparar dos escuelas por hora.
Esa es una realidad alterna, negada por meses y que obviamente frena los deseos de mucha gente, y hace ver lejano el regreso en escuelas públicas.
De ahí viene pues la pregunta: ¿qué estuvieron haciendo todos estos meses los encargados de velar por la educación en Nuevo León?
No hay un plan de regreso a clases en pandemia, no hay un plan siquiera de remozamiento de aulas, ni energía eléctrica y ni agua tienen los planteles.
¿De quién era la tarea entonces o quién esperaban que la hiciera?
Los maestros que se oponen a volver no lo hacen por falta de vocación, no se sienten seguros de cómo van a impartir las clases mixtas y aunque estén conscientes de que urge volver a clases, tienen dudas.
¿Quién debió prepararlos?, ¿por qué nadie tomó la batuta? Por eso no estamos discutiendo el cómo sí, porque hay quienes esperaban que el regreso se diera hasta el fin de la pandemia o bien ya no tener que hacer la tarea. Reprobados.
Víctor Martínez