En los últimos días los ánimos entre defensores y detractores de la llamada cuarta transformación y en particular contra el presidente, Andrés Manuel López Obrador, a ido en aumento, resultado de la polarización del tejido social.
Este domingo se realiza la marcha en apoyo al gobierno federal, como una respuesta a la manifestación del apoyo ciudadano al INE llevado a cabo el pasado 13 de noviembre y que a pesar de la postura oficial, cimbró la estructura política del partido en el poder.
Las críticas y denuncias sobre el origen y motivos de la "marcha de los ardidos" por parte los opositores pueden tener una justificación, sin embargo no hay que olvidar que esas mañas también han sido cometidas por el PRI, PAN y el resto de la chiquillada en un momento de su vida política.
Inaceptable el clientelismo, acarreo y las amenazas a empleados de las diferentes estructuras de gobierno, pero y cuándo la actual oposición fue gobierno acaso no hacían lo mismo? Pase de lista, entrega de despensas, tortas y frutsi, apoyo para gasolina y otras modalidades para llenar plazas y mostrar músculo en apoyo al gran líder del momento.
Afortunadamente sigue viva la conciencia social, ajena a presiones y que despierta y se manifiesta cuando percibe una causa justa y expresa su opinión de manera objetiva y sin compromiso alguno, solamente impulsada por el bienestar común.
Seguramente la demostración de poder cuatroteista será todo un "éxito". Ríos de gente y expresiones espontáneas de simpatía serán el común denominador para enmarcar los festejos de los cuatro años del gobierno federal, pero el primer golpe ya fue asestado dejando de manifiesto el desgaste de poder del gobierno federal.
De cara al fin de año el escenario político una vez más cambia y desde España y como si fuera una nueva conquista, esta vez tersa, llega un llamado a la reconciliación nacional, un gesto que debe ser analizado y valorado por los actores políticos de la oposición hasta hace unos días sin presencia y desarticulada.
Ahora sigue esperar la siguiente postura del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque tomando en cuenta los antecedentes, es seguro minimizar todo lo que critique su admiración.
