Instalado ya como gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya y su gabinete no tienen pretextos para cumplir las necesidades de las y los tamaulipecos, para ello se enfrascaron en una lucha por el poder contra Francisco Javier García Cabeza de Vaca, actualmente desaparecido del mapa público o ya se puede presumir ¿fugitivo de la ley?.
En diferentes versiones y con distintas palabras cada seis años hemos escuchado de todas las autoridades buscar el bien común de la ciudadanía como principal propósito, desde Cavazos Lerma, pasando por Tomás Yarrington, Eugenio Hernández, Egidio Torre y Cabeza de Vaca. Ahora le toca el turno a Villarreal Anaya quien tiene la obligación de responder no solamente a los electores que confiaron en sus propuestas, sino a las personas que no vieron en su proyecto de gobierno la mejor opción para sacar adelante al estado.
“Mis ideales son claros: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo. Haré un gobierno cercano, que escuche y comprenda las necesidades para dar respuestas eficaces a los problemas de la gente, estos serán los grandes pilares de mi administración y lo que habrá de diferenciarnos”, declaró el mandatario Américo Villarreal Anaya.
En relación a lo anterior durante más de cuatro años un sector del pueblo de México hemos visto con decepción y confirmación una postura alejada de estos ideales por parte del Gobierno Federal y algunos de estos temas han sido exhibidos en días pasados por el hackeo del Grupo Guacamaya a la Sedena. Sin embargo prevalece el beneficio de la duda para que las nuevas autoridades estatales cumplan sus buenos propósitos.
La advertencia y compromiso también fueron anunciados por Américo Villarreal, “Donde encontremos conductas ilegales o desvío de los recursos públicos simple y llanamente, el castigo que marca la ley”, una de las demandas más sentidas de los tamaulipecos hacia los que ya se fueron y para otros que aún permanecen en sus cargos gracias a las argucias legales, nada tranquilos deben estar a pesar de que fueron los primeros en felicitar al nuevo mandatario.
Inicia una nueva etapa para las y los tamaulipecos, en donde a los “más necesitados” les importa muy poco las palabras y la politiquería, ellos demandan resultados concretos y eso esperamos lo cumplan.