Durante su visita por Tampico este miércoles, socios de la American Chamber of México Capítulo Noreste resaltaron un asunto muy relevante para la industria en general, en tiempos donde la política arancelaria quiere ganar terreno al enfrentar una resistencia empresarial de muchos actores en la región de Norteamérica.
En esa reunión como en visita al puerto de Altamira, el vicepresidente del organismo y director de Desarrollo de Negocios en CPKC México, David Eaton, planteó un esquema de negocio donde ambas naciones integrantes del T-MEC tienen mucho en común, la energía a base de gas natural.
Al anunciar una serie de campañas en redes sociales y foros para hablar de su importancia al extraerlo de Texas para la generación de electricidad y hacia la manufactura de nuestro país, resaltó la nueva política de Donald Trump en fomentar la producción de energéticos a su país, bajo el lema “drill, baby, drill”, mencionada inicialmente en el 2008 y relanzada en estos meses.
La frase es una arenga, una tendencia empujada por el fracking pero con eficiencia ecológica por los petroleros americanos, convertidos en el productor de hidrocarburos más grande del mundo.
“Texas tiene una ventaja en comparación con México para ofrecerlo a la manufactura, a través del ducto desde Mission para Monterrey, como de Brownsville a Altamira, con un buen precio a diferencia de Europa. Esto nos hace un equipo y da ventaja de suministro, costo y en el aspecto ambiental, al ser más limpio que el carbón y combustóleo”, declaró.
Y con esto, Tamaulipas tiene esa ventaja de millones de reservas, por algo TC Energy con su gasoducto y New Fortress Energy con su planta de licuefacción, operan mientras el estado se alista para los planes de otros corporativos privados y nacionales en el ramo.
Pemex tiene en puerta ir a la Cuenca de Burgos, rica en este petrolífero, a la par de campos maduros con nuevas tecnologías. Woodside Energy avanza con el plan de desarrollo de Trión; todo esto, con altas posibilidades de contar con recursos, invertir en infraestructura y dejar ganancias a proveedores y al pueblo.
Si lo vemos con largo alcance, el discurso perforador de Trump cabe en nuestro estado, con orden y cuidado.
Acá también vale el “drill, baby, drill”.