Este jueves acaba el periodo de precampañas internas en partidos inscritos para la gubernatura de Tamaulipas, cuya elección final será el 5 de junio de este año. A pesar de ser exclusivo de los militantes y simpatizantes, nos arroja guiños de cara a la parte importante, que será la petición del voto a la población en general a partir de abril. Se habló mucho de las personalidades de cada postulado y el tono cómo se han dirigido Américo Villarreal Anaya, César Verástegui Ostos y Arturo Díez Gutiérrez.
En su estrategia, su manera personal de ver y hacer las cosas, con figuras dentro y fuera de los institutos políticos que representan, nos mostraron qué traen y con quiénes contarán para la parte final está contienda.
Según muchas de las encuestas ponen como favorito a la coalición Juntos Hacemos Historia que conforma Morena, Partido del Trabajo y el Verde, pero este capítulo en la vida pública tamaulipeca está muy lejos de cerrarse. Bajo esa consigna, la alianza PAN-PRI-PRD apuesta por un trabajo de estructura suelta no afín a la Cuarta Transformación y acortar esa distancia para un par de meses.
Lo cierto, no hemos conocido realmente propuestas relevantes y de impacto social para los 3.5 millones de habitantes. Muchas cosas siguen en el tintero: el apoyo a las minorías, solicitudes presentadas por las feministas, la comunidad gay, los discapacitados, ambientalistas e inclusive la iniciativa para el crecimiento económico de su sector.
Lo único llamativo fue la grilla a raíz de varios acontecimientos. El tema de los hermanos Carmona ha tocado las fibras sensibles no solo del morenismo, sino también de Acción Nacional por su relación con el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca. A eso, se le suma el cambio de parecer de políticos al irse a bandos contrarios.
En sí no podemos hablar de una verdadera estructura de gobierno planteado por los mencionados y su equipo de campaña. Veremos si el próximo 3 de abril, primer día de actividades proselitistas ante los tamaulipecos, tengamos en firme qué postulado nos ofrecen como el rumbo y el destino visualizado para la entidad.
Porque Tamaulipas no vive de cabalgatas, ni de comidas y tampoco de encuentros masivos. _
