El presente año, con solo esta semana de vida, puso a Tamaulipas en el mapa político nacional a través de la elección de gobernador que vio de todo:guerra sucia, confrontación, polarización y, al final, una decisión de los ciudadanos respetada por el árbitro y los tribunales de cara al destino de su partido por los siguientes seis años.
En el fondo y las formas, para cada uno de los organismos políticos y sus actores, queda la reflexión y la autocrítica de lo bueno, lo malo y hasta de las omisiones. Para eso se presta la Navidad y el Año Nuevo, es la etapa de efectuar una reflexión natural, una retrospectiva hacia el pasado inmediato.
La primera de ellas es que ningún sistema político es invencible. La alternancia es visible y palpable. Desde ella podemos conocer el sentir real de una población de 3.7 millones de personas, qué les parece, qué no les gusta de sus gobernantes, fuera de cualquier encuesta de empresas privadas o los estudios de organismos descentralizados o privados.
A partir de esto, los nuevos funcionarios públicos encaran el reto de cumplir con las expectativas, altas ante la decepción provocada por los salientes, esperanzadora si se analiza esa lejanía de pueblo con gobierno, pero también exigente al pedir resultados inmediatos, con un tiempo muy apremiante.
Otros, quienes dejaron el poder, hay resistencia a una autocrítica pero al final es sana. Por la buena, sin la necesidad de la violencia o de caer en un conflicto social, fueron relevados. Ahora les toca empezar de cero y ver cómo recuperar la confianza perdida de los habitantes. No todos son malos pero, por unos cuantos, los “actores principales”, el resto la lleva.
Incluso, los políticos y sus partidos en un tercer plano o menor, también cabe estudiar el momento y sus áreas de oportunidad para crecer. Están presenten pero sin avanzar, hay cuadros nuevos, muchos son jóvenes; sin embargo los liderazgos actuales avejentados son la barrera. O se renuevan o la debacle será el final de su camino.
Por último y para ellos: Tamaulipas ha cambiado. Aún conservan rasgos de su forma de pensar arcaica y “mocha”, pero decidirse por tres modelos de gobierno diferentes en tan poco tiempo es una declaratoria. _