La buena idea que tuvo el Partido Acción Nacional en su obsesionado plan de ser el contrapeso de la 4T fue aprovechar en el festejo su aniversario 80, el pasado sábado, para mostrarle a México que “está fuerte y vigoroso” hacia el futuro.
La mala idea de Marko Cortés, el más gris de los dirigentes que han tenido en los últimos 20 años, fue llevar como el gran invitado a Vicente Fox Quesada, uno de los expresidentes más cuestionados de la historia moderna, tanto por su mala administración como por sus expresiones.
Exhibir al guanajuatense, quien validó al priista Enrique Peña Nieto y fiel seguidor de la marihuana, resulta contraproducente para una militancia conservadora que aborrece ambos temas, significando burlas y memes de la ciudadanía en general.
Ni siquiera Felipe Calderón Hinojosa ni Diego Fernández de Cevallos aprobaron sus palabras y su asistencia.
Tras ser el hazmereir, Acción Nacional parece estar condenado a fracasar al menos en el 2021, dando espacio a figuras quemadas que a nuevos cuadros, error garrafal cuando tratas de ganarte la credibilidad que sus adversarios han evidenciado y pisoteado.
Si hace días se mencionaba de un potencial acuerdo con Movimiento Ciudadano, lo dicho en Twitter por el secretario de Acuerdos Jorge Álvarez Maynez fue el acabose. “Seré breve: con Fox, ni a la esquina”.
Tanto que necesitan los azules de los naranjas para recuperarse en grandes electorados Jalisco y Nuevo León, donde a diferencia de los segundos que van creciendo, ellos caen cada día. Falta mucho para la elección intermedia y Fox anda hundiendo al PAN.
Pero eso no parece tenerlos tan preocupados (por ahora). Morena y el gobierno federal los trae en jaque con los recursos federales que no les quieren dar, aunado a la intención de la desaparición de poderes en Tamaulipas y Guanajuato, todo por solicitar lo mismo en Veracruz.
Por cierto, ni luces del representante panista tamaulipeco en el Senado para defender la soberanía de la entidad, aún y cuando tuvo la tribuna a su disposición, caso contrario al diputado federal Vicente Verástegui (hermano de César, secretario de Gobierno), quien de forma elegante y educada buscó “darle un chingadazo” en la cara a Gerardo Fernández Noroña. _
