Cuando una generación de jóvenes se convierte en padres, inicia la puesta en marcha de una serie de cambios en muchos sentidos.
Ya hemos sido testigos de cambios, incuso radicales, que han repercutido en las nuevas formas en las que socializamos en la actualidad.
La generación del milenio, en su faceta como padres de familia, se está caracterizando por compartir, aún más, los roles tanto dentro como fuera del hogar.
Adicionalmente, la forma en la que administran sus tiempos también es distinta.
Ellos, como individuos, no se desvanecen como ciertamente sí sucedía, muy marcadamente, con las mujeres que se casaban.
Ahora, tanto ellas como ellos conservan muchos más rasgos de su individualidad, sin embargo, también procuran pasar más tiempo juntos, como pareja o como familia.
La maternidad se ha postergado, pues las mujeres prefieren contar con más años de formación escolar, precisamente porque se requiere para acceder a mejores posiciones laborales.
También prefieren, ambos, trabajos que les permitan horarios flexibles o bien, trabajar desde casa, para poder ahorrar tiempos de traslado.
La manera como gastan se ha modificado. Priorizan invertir el dinero en experiencias más que en posesiones, como casas o carros, incluso prefieren compartir.
Pero en países asiáticos como China e India, esta generación ha tenido un incremento sustancial en sus ingresos, lo que les permite invertir en vivienda y carros caros.
En general, les gusta distinguirse de otros, no obstante, aprovechan más las opciones de compra a la distancia, sacrificando la oportunidad de probar el producto antes de comprarlo, pues economizan el tiempo y saben que pueden devolver la mercancía.
Siendo hijos de una generación de padres trabajadores, buscan consejos para la casa y la crianza de los hijos, aunque no necesariamente en sus padres, sino por otros medios, pues han estado expuestos a nuevas tecnologías toda su vida.
Para poderles capturar como clientes, es mucho más eficaz vía “on-line”.
Definitivamente, se trata de una nueva versión de padres, los de antes más preocupados por tener, ahora por compartir tiempo o experiencias con sus seres queridos.