La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado infodemia a la sobreabundancia de información falsa y su propagación masiva entre las personas.
Todos nosotros tenemos la necesidad de encontrarle sentido a las cosas, esto nos lleva a buscar información, pero cada día es más frecuente encontrar información falsa; entonces “El proceso natural de buscarle sentido a algo queda secuestrado por personas que quieren tener otra conversación”, comenta Kate Starbird, profesora de la Universidad de Washington.
Es cierto que difundir noticias falsas no es nuevo, pero el auge tecnológico, la globalización y el uso de internet favorecen la rápida propagación de las llamadas fake news.
Los intereses económicos, políticos e ideológicos han generado la creación y difusión de noticias falsas que provocan una gran desinformación y desconfianza entre los usuarios.
Ante este bombardeo de información en el que estamos inmersos, sobre todo, en las redes sociales, corremos el riesgo, si no discriminamos, de convertirnos en prosumidores (productor y consumidor) de noticias falsas.
Los especialistas nos recomiendan realizar algunas acciones que nos pueden ayudar a detectar más fácilmente si una noticia es falsa o verdadera, como estar atentos a si la noticia, en principio, nos genera una emoción fuerte (ya sea de desagrado o sorpresa), ya que consideran que el impacto emocional es una característica fundamental de las fake news.
Es importante leer la noticia completa, no sólo los encabezados, hay que investigar más, corroborar la información en sitios oficiales, averiguar acerca de la fuente, del autor y de otros trabajos realizados por él.
Analizar si el sitio donde aparece la información tiene algún sesgo ideológico, ir a la nota original, revisar si la información se replica en otros medios de información serios.
Tener en cuenta si la nota está escrita correctamente, con razonamiento lógico y, si incluye citas, fotografías y videos es recomendable investigarlos.
Si bien las redes sociales, las plataformas virtuales y el internet tienen aplicaciones o usos muy positivos, también es cierto que la información creada y difundida a través de ellos puede generar caos y meternos en un laberinto que en algunos casos puede ser peligroso debido a la falsedad de la información, por eso es necesario aprender a desarrollar la criticidad y el discernimiento para poder distinguir entre la información verdadera y la falsa.