La cinta estrenada en 2004 no fue la primera de su tipo. Las dinámicas sociales de las preparatorias en Estados Unidos siempre habían sido materia de consumo para las audiencias jóvenes, ejemplos maravillosos de eso, Clueless con Alicia Silverstone y Paul Rudd brincan a la mente. Sin embargo algo ocurrió con Mean Girls (Chicas pesadas) con Lindsay Lohan y Rachel McAdams, que conectó con varias generaciones de manera instantánea y se convirtió en un clásico de más de una manera. Para muchos ahí nació la canción navideña de “Jingle Bell Rock” (1957, en realidad) y el tema del bullying se volvió parte de la conversación generalizada.
Nada de esto hubiera sido posible sin la adaptación del libro Queen Bees and Wanabes (Rosalind Wiseman) por parte de Tina Fey y el apoyo de su productor de Saturday Night Live, Lorne Michaels; por eso hay que tenerle mucha fe a la cinta que veremos en enero, Chicas pesadas (el musical). No, no es un invento de la nada. Es musical porque se estrenó, basado en la cinta, en 2017 en Broadway, y se buscó hacer una adaptación de regreso a la pantalla, pero con la versión cantada y alguna que otra adaptación a los tiempos actuales.
¿El problema? Pues cuando se lanzó el tan esperado tráiler de esta nueva cinta no había pista alguna de que fuese un musical y muchos se sorprendieron. Otros, al no saber este detalle, se preguntaron qué necesidad había de un reboot de algo tan amado. El hecho es que está a la vuelta de la esquina, listo para inaugurar 2024; la esperanza, y el duro reto a la vez, es que resulte tan entrañable como la original para sus fans y las nuevas generaciones.
