¿No sienten como cercena el tiempo en su cabeza la tristeza de esa vida fracafucker? Un hacha sin piedad, ¿qué han hecho en los últimos 10, 25 años?, ¿gozado?, ¿o se pudrió su existencia entre mediocres pasatiempos como el daño, dolo, chisme, injuria, traición e infamia? La venganza es una masa amorfa que termina dañándote, jamás toca a nadie, excepto al que la ejerce. Tarde o temprano se paga el daño a otros, tiempo al tiempo. Decía mi finado, finísimo amigo Richardson, apodado en los “bajos fondos” como Mago Mendelssohn para los amigos, pianista, el Changoleón para vulgares detractores, es decir: lumpenato aspiracional turista. Richard solía decir: “no, por favor, no te hagas eso, cuando sientas el impulso de hablar, de confiar tu vida, tus sentimientos más honestos a personas chismosas, ponte a escribir, te lo suplico, no salgas a ensuciarte con esta gentuza, su oficio es la miseria”. Siempre estaba en la entrada del cabaret La Perla, en ese tiempo en el que no iban los gentri a ensuciar con su molesta presencia la calle de República de Cuba. Su sombrero chino, mágico destello en la noche. Nos convertimos en colegas tras parrandas épicas, una mañana lo seguí hasta Cuernavaca. Fuimos sin un peso saliendo de Los Chuchs, Eva Tormenta y Emma Roca vivían, mujeres más jóvenes que yo, también Pep, todos están bajo la hierba como poemas de Whitman o Miguel Hernández. Te quiero preguntar: ¿quién eres sin tu supuesto oficio, quién sin tus pobres títulos, quién sin tu imaginario endeble?, ¿quién sin ese burdo disfraz maltrecho que se cae a pedazos ante el primer atisbo de realidad? No hay genio en la simulación, estamos ante una mente frágil, torpe: aquella que anhela reconocimiento. Les recomiendo ir al Hipódromo los viernes. No, esperen, ¿se me puede lapidar por ser activista de los derechos de animales no humanos si voy al hipódromo? Oquei, llévenme a misa el domingo entonces, but… no comamos barbacha, no fumen, piensen en los pobres monos torturados que usan los que fabrican cajetillas de apestoso tabaco. Ya llegaron las nieves de marzo, bai las nieves de enero. Florecer. Mi amor, alguna vez te lo dije: hasta en tus grietas más turbias crecerán flores, se debe al amor depositado, cuidados, apoyo. El amor no siempre te tocará el corazón con suavidad y alegría, has de saberlo, a veces preparas a la otra persona para que viva el amor sin ti, sin ese nosotros falso en el que te tenía cautiva, para que viva el sexus, los viajes, las montañas, playas sin sol con gafas que fueron un compromiso, carreteras, aviones, las Vegas, martinis, mañanas juntos de domingo, volcanos lejanos, parques, postres, miradas de tierna lujuria, la compra de más sábanas nuevas, perfume de espíritu 20 añero como el Happy (no usabas), cuidarte más los pies, visitar a escondidas la casa familiar de un romance secreto, cortarse bien el cabello, calzones y calzado nuevo, deseo, creación. Sólo los amantes sobreviven, se sabe, se sabrá, lo sabemos.
