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Las mujeres a tu alrededor

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  • Sophia Huett

Camina por la calle y mira a tu alrededor.

Cuenta a diez mujeres que te encuentres a tu paso, en el transporte, mercado, centro comercial, escuela o empresa; incluye a las mujeres de tu casa: hermanas, cuñadas, sobrinas, hijas.

¿Sabías que la mayoría de ellas han sufrido o van a sufrir violencia en el transcurso de su vida? Así lo establecen los datos del INEGI, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares.

Con mayor exactitud, de cada diez mujeres mayores de 15 años que cuentes, siete han sufrido algún tipo de violencia en su vida, principalmente de tipo psicológica y sexual, los dos tipos con mayor incremento desde el 2016, incluso por encima de la violencia económica que disminuyó en el mismo periodo, un pequeño porcentaje.

Si vives en Estado de México, Ciudad de México y Querétaro, el número puede alcanzar a ocho mujeres de cada diez.

En contraste, en Chiapas, la probabilidad se reduce a cinco de cada diez. ¿Será que efectivamente hay menor violencia contra ellas o estará más normalizada?

Vamos a ámbitos más específicos, como el escolar.

Como estudiantes, a partir de los 15 años, 3 de cada diez mujeres han sufrido violencia en algún momento. Querétaro, Estado de México y Colima, los territorios con mayor violencia escolar contra ellas. Zacatecas, Tamaulipas y Chiapas son los estados que presentan menos casos o tal vez menos identificados por las víctimas.

Cuatro de cada diez de los agresores fueron los propios compañeros, mientras que siete de cada diez casos se presentaron al interior de las escuelas.

En el caso del ámbito laboral, tres de cada diez mujeres han sufrido violencia laboral alguna vez en su vida, como discriminación, violencia sexual, psicológica y física.

Si vives en Chihuahua, Tabasco y Nuevo León, la probabilidad de que tus compañeras de trabajo hayan sufrido violencia en sus propios centros de trabajo, es más alta.

Poco más de tres de cada diez agresores fueron sus propios compañeros, pero también compañeras de trabajo; en dos de cada diez fueron jefes y patrones, mientras que en la misma proporción, uno fue su supervisor o coordinador.

Algunas de las situaciones identificadas, por frecuencias son menores oportunidades respecto al hombre para ascender, menos sueldo que él por el mismo trabajo, limitaciones para realizar tareas reservadas para los hombres, menos prestaciones respecto a ellos, la afirmación d que las mujeres no son adecuadas o buenas para ese trabajo y hacerlas de un lado para favorecer a un hombre.

Al 4% le pidieron una prueba de embarazo como requisito para ingresar o continuar con el trabajo, mientras que el 3.2% fue discriminada por su estado civil o por tener hijos pequeños.

Dicho sea de paso, en este mismo año, en una convocatoria de ingreso a una institución federal de carácter “civil”, encontré una lona de la que me hubiera gustado contar con el registro fotográfico, pues uno de los requisitos para el personal femenino era ser “soltera y sin hijos”.

Eso podría explicar por qué en esa misma institución no hay ni un solo perfil visible en posición de mando.

Por el momento, hasta aquí algunos datos. No vaya siendo que se califique a este texto como feminista y “quejumbroso”.

Ya vendrá otro espacio.

Dicho sea de paso, agradezco y saludo a quienes aquí me leen y plasman sus reflexiones en otras plataformas. Gracias Notivox por permitirme expresar más allá de la forma cambiante y acomodaticia de las ediciones informativas. Aquí está el verdadero fondo.

Sophia Huett
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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