Política

Infancia SÍ es destino (parte II)

  • Seguridad ciudadana
  • Infancia SÍ es destino (parte II)
  • Sophia Huett


“El mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices”
Oscar Wilde

Al conjuntar estrategias de bienestar social y prevención del delito y la delincuencia, se encontraría en la estimulación, el cuidado, el juego, la música, la actividad física y la interacción con otros niños, la orientación a las buenas conductas y a no utilizar la agresión como una vía para obtener lo que se desea.

Al adulto le correspondería el papel de intervenir para apoyar y promover el desarrollo de un comportamiento no violento y en dado caso, disuadir las conductas agresivas.

En el caso de las estancias infantiles, dicha tarea le toca a los maestros y cuidadores o bien, maestras y cuidadoras. Su labor debe establecer límites claros ante conductas agresivas, además de estimular y premiar el desarrollo de estrategias alternativas en la resolución de conflictos, obtención de metas y expresión de solicitudes. En el caso de que el cuidador sea un familiar, vecino o amigo, lo deseable es que se actúe con la misma firmeza.

En términos de aprendizaje, al desarrollar el lenguaje, el niño cuenta con una herramienta más para expresar su frustración o enojo; mientras menor sea el desarrollo de las habilidades para comunicarse, es más probable que el menor siga utilizando la agresión física como una forma para expresar su desacuerdo o sus necesidades.

Una dieta sana es también determinante, pues las deficiencias nutricionales son asociadas a una mayor posibilidad de presentar una conducta agresiva. Cuando por ejemplo, se producen bajos niveles de serotonina, sustancia presente en alimentos basados en proteínas, es más complejo mantener el equilibrio en el estado de ánimo.

La reflexión y discusión actual sobre la importancia de la primera infancia y una atención óptima, hace inevitable traer a la mente escenarios tan complejos como los vividos en Ciudad Juárez, municipio chihuahuense que en el año 2010 alcanzó uno de sus puntos máximos de violencia.

Más allá de los estudios realizados por académicos, resultado de su experiencia diaria en la atención de las distintas expresiones de la inseguridad, un grupo de policías comisionados a esta ciudad fronteriza identificaron que uno de los factores que pudo contribuir al incremento de la violencia y la delincuencia, fue la dinámica laboral.

Este grupo de profesionales de la seguridad, con experiencia en atención a crisis de inseguridad en diversos estados y ciudades de México, explicaban que en el caso de Ciudad Juárez era evidente que las mujeres eran el sector preferido por las maquiladoras y centros de trabajo, pues las consideraban más responsables y cumplidas.

A su vez, las trabajadoras debían dejar a sus hijos para atender su jornada laboral, bajo el cuidado de algún familiar, su pareja o incluso solos y bajo llave en el propio hogar.

Se encontraron con casos en los que el padre o el padrastro, en muchos casos desempleados por su adicción a alguna sustancia ilícita o por contar con antecedentes penales, eran el modelo a seguir entre las y los menores. En dichas condiciones se presentaban casos de maltrato, abusos, desatención y era así como comenzaba el espiral de la violencia.

Sin el agravio de generalizar, es un vistazo a las causales y efectos de la desatención en la primera infancia y de lo que ocurre cuando no hay una política pública adecuada.

En el año 2018 las estancias infantiles atendieron a aproximadamente 330 mil niñas y niños en todo el territorio nacional, lo mismo en centros urbanos que en comunidades remotas. A lo largo de su historia, desde el año 2007, el Programa de Estancias Infantiles ha beneficiado a más de un millón 800 mil madres y padres solos y atendido a más de dos millones 100 mil niñas y niños.

En términos de Seguridad Ciudadana, el Programa de Estancias Infantiles es una línea de trabajo estratégica que contribuye a combatir la delincuencia y la violencia, pues mejora la provisión de servicios médicos, educativos y sociales para la primera infancia, especialmente en comunidades vulnerables y que requieren servicios integrales.

Además cumplen con un enfoque comprensivo, integrador y multisectorial, que incluye nutrición, estimulación, educación y desarrollo de actividades socio-emocionales, que no solo apoya a madres trabajadoras y padres solos, sino que además protege a la niñez.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), instancia que mide la pobreza en México y evalúa la efectividad de programas y políticas sociales del Gobierno Federal, reportó que en el período 2017-2018, más del 90% de las y los beneficios consideraron que las estancias contribuyeron a mejorar su calidad de vida y la de sus hijos, al brindarles la posibilidad de contar con empleo, salud y un ingreso. Asimismo, más del 96% de madres trabajadoras y padres solos respondieron que la atención y cuidado de sus hijos tuvo un impacto positivo en el desarrollo del lenguaje, habilidades sociales y desarrollo motriz.

Aunque si bien el Gobierno Federal no ha realizado un anuncio referente a dejar de invertir en el cuidado de niñas y niños, experiencias internacionales demuestran que los fondos destinados a la prevención de comportamientos agresivos a temprana edad reducen los costos asociados con el mantenimiento del orden público, el procesamiento y castigo criminal, así como los costos sociales.

Al platicar con algunas trabajadoras de las estancias infantiles, algunas de ellas comentan que asumen con mucha responsabilidad su obligación de participar en diversas capacitaciones durante todo el año, relacionadas con el cuidado y la atención infantil. Están convencidas que su trabajo debe brindar herramientas para un mejor desarrollo para los niños, así como tranquilidad para las mamás o padres que encuentran en las estancias el mejor esquema para obtener un mejor ingreso.

Cuentan que no solo se trata de “cuidar” del niño, sino de hacer de su estancia un tiempo de calidad, en el que aprendan de hábitos de higiene, valores, convivencia e incluso, a comer de todo. Relatan que cuando les toca recibir a un niño o niña más con mayor agresividad de la habitual, aplican los conocimientos adquiridos durante las capacitaciones para fortalecer el vínculo y actuar de la mejor forma en lo que podría ser una falta de atención.

“Algunos niños solo quieren un abrazo”, me dice alguna de ellas, al recordar casos en donde el trabajo diario, realizado con dedicación y amor (sí, en las estancias infantiles también se da amor), logró disminuir la hostilidad de algunos pequeños.

Sea cual sea la decisión que oriente el rumbo del Programa de Estancias Infantiles, es deseable que quien asuma el papel de cuidador o cuidadora, cuente con la misma capacitación profesional y operación supervisada por el Estado, primer responsable de garantizar los derechos de la niñez.

Cuidar no es lo mismo que criar. Y crecer juntos no es lo mismo que cuidar por compromiso… o por ganarse un dinero extra.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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