Hablar de homicidios es un tema que a nadie gusta. Es un tema que incomoda.
El homicidio doloso o intencional es la expresión máxima de violencia de una persona hacia otra. No solo es un acto contra natura, en términos de la preservación de la propia especie, sino además un delito que genera dudas e interrogantes, tanto en cada caso particular como en los indicadores generales.
¿Por qué se mata? ¿Cuántos homicidios son resultado de una emoción desbordada y cuántos más son la herramienta para obtener un beneficio? ¿Quiénes son las víctimas más frecuentes?
Y a cada respuesta obtenida seguro vendrán nuevas interrogantes.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito publica anualmente el “Estudio Mundial sobre el Homicidio”, con el objetivo de ofrecer a la comunidad internacional información que contribuya a construir soluciones.
Clasifica al homicidio como homicidio vinculado a actividades y grupos delictivos, homicidio interpersonal y homicidio sociopolítico.
En el Estudio 2019 establece que la actividad criminal de los grupos delictivos es responsable de más muertes que los conflictos armados y el terrorismo juntos, así como el hecho de que si las naciones no toman decisiones firmes y puntuales, para el año 2030 se alcanzarán cifras históricas en homicidios intencionales.
Advierte que mientras Europa disminuyó 38% el número de homicidios en relación al año 1990, los países de América seguimos reportando un aumento en las cifras.
Otra de las comparaciones importantes que deben considerarse, es que mientras en África y en Asia el 28% de los homicidios se cometen con armas de fuego, el porcentaje en América es de 54%.
En cuanto al número de víctimas, América reportó 173 mil, equivalente al 37% mundial, mientras que en cuanto a número de población, somos el 13%.
Más datos: a nivel mundial, por cada mujer asesinada, hay cuatro víctimas masculinas, mientras que en América es una mujer por cada diez víctimas hombre.
Los jóvenes de entre 15 a 29 años y en especial los de 18 y 19 años, son la población en mayor riesgo de ser víctima de un homicidio en América. En Europa, la población de mayor riesgo se encuentra también en los hombres, pero en el rango de 30 a 44 años de edad.
El estudio coincide con lo comentado del caso México: la población más vulnerable corresponde a la composición de grupos delictivos, es decir, hombres jóvenes.
Y aquí una reflexión: considerando que la tasa de homicidios de Europa es menor, ¿significa que no hay organizaciones delictivas? Si existen, pero de alguna forma las relaciones de poder están establecidas, caso contrario a nuestro continente y a México, en donde la organización de un grupo criminal y las pugnas consecuentes, pueden darse abruptamente si aparece una nueva fuente de ingresos atractiva, como el caso de hidrocarburos y tráfico de drogas, por citar algunos ejemplos.
Las comparaciones y hablar de homicidios son temas incómodos. Pero necesarios. Conocernos nos permite entendernos.