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Cero punto uno por ciento

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  • Cero punto uno por ciento
  • Sophia Huett

Como lo advertido es cumplido, esta es la segunda parte de la violencia que siete de cada diez mujeres en México ha sufrido en distintos ámbitos, según la encuesta sobre las relaciones en los hogares del INEGI.

Cada que María pasa por el negocio de reparación de motos que está de camino al trabajo, pasará un momento penoso por los “piropos” que recibirá. Aunque cambie su forma de vestir y camine más al tomar otras rutas, parece que no hay remedio.

Juanita tiene una pierna más corta que la otra; en la calle le gritan “divertidamente”, la coja.

Mayra, como el resto de las mujeres de su comunidad, no es incluida en las convocatorias de “El Delegado” para decidir las propuestas de proyectos para ejecución de recursos públicos. De entrar al bar de su comunidad, mejor ni hablamos: cualquier mujer que entra es estigmatizada e incluso cambia su nombre, cualquiera que este sea, a uno que solo requiere cuatro letras.

Se llama violencia comunitaria, de la que el 45% de las mujeres hemos sufrido en algún momento de nuestra vida. De cada diez casos, cuatro fueron de tipo sexual.

En comparación con 2016, creció casi 7% y donde es más probable sufrirla es en Ciudad de México, Estado de México y Querétaro; donde menos es Michoacán, Zacatecas y Chiapas (¿menos violencia o más normalizada?).

Siete de cada diez agresores son desconocidos. En los últimos 5 años aumentó más en Colima, Tabasco, Campeche y Baja California Sur.

En el ámbito familiar, el espacio que debería ser el más seguro para las mujeres, la violencia se presenta cuando una persona que tiene o ha tenido una relación de parentesco, comete abuso de poder o una omisión intencional para dominar o agredir a las mujeres.

En el último año de análisis de la encuesta, el 11% de las mujeres afirmaron haber sufrido algún tipo de violencia. La más frecuente es psicológica y la menos, sexual. Las y los hermanos son los primeros agresores, seguidos del padre y la madre. Para el caso de la violencia sexual, los agresores más frecuentes son los primos.

Los estados con más aumento son Guerrero, Ciudad de México y Sonora.

Violencia de pareja, el ámbito en donde más casos mortales se presenta. Cuatro de cada diez mujeres han sido violentadas en el último año.

A lo largo de la vida, por cada caso de violencia física (la más visible), hay uno más de tipo económico y dos más de psicológico. Guerrero, Hidalgo y Yucatán, con la mayor frecuencia.

Cuando hay daños físicos, lo más frecuente son morenotes o hinchazón, con el 30% de los casos; siguen porcentajes menores al 5%: hemorragias, cortadas, pérdida de dientes, hospitalización, fracturas, enfermedades de transmisión sexual, aborto o parto prematuro, pérdida de movilidad, sangrado vaginal y en el último lugar, con el 0.1%, el fallecimiento de algún integrante del hogar.

Los casos más visibles, los mediáticos, los que llaman a la opinión pública, los que hacen lanzar la voz para exigir justicia, son el CERO PUNTO UNO POR CIENTO.

¿Será que podemos realmente dimensionar la violencia que ocurre en los hogares de México? Difícilmente y urge. Lo más cómodo, por las autoridades; lo más efectivo, su entendimiento y acción por la ciudadanía.

A problemas comunitarios, soluciones comunitarias.

Sophia Huett

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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