Una publicación especializada en finanzas dio a conocer el martes los resultados de su encuesta nacional de cara a las elecciones de 2024. La fotografía del momento político es muy clara con relación a los partidos políticos.
Morena es el partido que mayores positivos acumula hoy. Con relación a ese partido, el 48% de los encuestados tiene una opinión buena o muy buena contra un 32% que tiene una opinión mala o muy mala.
El PAN navega en la media tabla de los positivos con un 25% pero con un 55% de negativos. El PRI tiene un 20% de positivos (solo supera al PRD que tiene 18%) y es el partido con más negativos 68%; prácticamente siete de cada 10.
Los tres partidos de la alianza PAN-PRI-PRD son los partidos que más negativos acumulan y creo que es momento que empiecen a cuestionarse si realmente continuar con los discursos de contraste les alcanzará para ser competitivos en 2024.
A juzgar por los números no están funcionando los señalamientos a Morena ni al gobierno. Las causas pueden ser muchas las formas de comunicar o incluso hasta el cansancio de la gente, pero en general se muestra una gran desconexión. No están hablando en el lenguaje ni el tono que quieren los mexicanos.
Que las personas evalúen mejor al PT y a Movimiento Ciudadano que al PAN, y que el PAN tenga solo un punto más de positivos que el Partido Verde, pero este tenga 10 puntos menos en negativos, es un mensaje.
Es el efecto de una situación de crisis que vive la alianza opositora donde, entre la defensa y el ataque, se han olvidado de la propuesta. De 2015 a 2018 Morena atacó durísimo al gobierno, pero es tiempo que todavía se recuerdan algunas de sus premisas, más allá de si se están cumpliendo o no.
Hablaban de la disminución de la delincuencia producto de su propuesta de apoyo social y de reconciliación; hablaban de un crecimiento económico gracias a que no habría corrupción; aseguraban que no habría gasolinazos, entre muchas otras cosas.
Eran mensajes reiterados, pero que les hablaban a las grandes mayorías; hoy en la oposición vemos mensajes reiterados pero que les hablan solo a las cúpulas o a sus propios militantes. Transmiten una lucha de poder, pero por el poder, no por la gente y creo que ahí está el principal error.
Es la fotografía del momento, un momento de disputas. El tiempo sigue pasando y juega a favor de la continuidad, en contra del cambio. _