Política

Superman, de migrante a deportador

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Pantallas vemos y realidades no sabemos. Eso parece estar sucediendo con el actor Dean Cain, quien interpretó al hombre de acero en la serie “Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman” y hoy se ha convertido en un agente honorario del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos(ICE, por sus siglas en inglés).

Mientras que en aquel programa televisivo Superman era un inmigrante del espacio exterior que llegaba a Metrópolis y era recibido con los brazos abiertos y amado por la población, en la vida real el actor que dio vida a este personaje se convirtió en ayudante del sheriff en un condado de Virginia y ejerció como agente de policía de reserva en Idaho.

Y hoy es noticia tras saberse que prestará juramento como “funcionario honorario del ICE”, según anunció la subsecretaria Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos a cargo de Kristi Noem, la funcionaria trumpista encargada de aplicar su política de deportaciones.

No quedó claro de inmediato en qué consistirán sus funciones como funcionario honorario. Lo que sí se conocen son sus fobias y apegos.

Pues si bien es claro que en la democracia todos podemos apoyar las posturas que decidamos, hay posiciones que marcan. Por ejemplo, Cain ha considerado como héroes estadounidenses a Daniel Penny, ex marine absuelto de homicidio por negligencia en la muerte de Jordan Neely en un metro de Nueva York en 2023, y a Dan Bongino, subdirector del FBI de Estados Unidos, quien ha enfrentado diferentes polémicas e incluso sanciones en plataformas por sus posturas en la pandemia donde promovía el no uso de cubrebocas y cuestionaba la obligatoriedad de la vacuna.

Más allá de Dean Cain, él solo es un ejemplo de cómo este tipo de posiciones extremistas han ganado terreno y visibilidad en los últimos años, echando por tierra hipótesis como la del “voto oculto”, en las que se deba por sentado que la gran mayoría de la población rechaza posturas como el racismo o la xenofobia.

Es por ello que los estrategas electorales y pundits mediáticos han fallado estrepitosamente en sus conjeturas. Con la llegada de Donald Trump, Giorgia Meloni y Javier Milei al poder, sumados a la popularidad de Nayib Bukele, este sector se afianza cada día más y ya no teme estar a la luz.

El origen de que estas posiciones tan dañinas y retrógradas se estén popularizando ha sido la misma ala progresista. El imponer la corrección sin hacer campañas de sensibilización, la cancelación sin derecho a rectificación y la superioridad moral han sido un factor clave para alejara la población de sus causas. Las cabezas o dirigentes tanto políticos como morales de las causas progresistas se encerraron en una cúpula de cristal donde nadie más tenía acceso y no escucharon voces más que de los iguales. Se creyó que por ser causas correctas deberían ser aceptadas, promovidas e impuestas de facto, sin tocar piso y ver cómo se podía luchar por ellas codo a codo.

Desgraciadamente, hoy corremos el riesgo inminente de una regresión. Y ahora sí ni Superman podrá salvarnos.


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Sarai Aguilar Arriozola
  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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