Las reinas también envejecen junto con sus súbditos y tampoco ellas parecen aceptarlo.
Tal es el caso de Madonna y su pelea con el paso del tiempo y el ojo crítico de la prensa y sus seguidores ante el paso de este en el físico de la Reina del Pop y las burlas ante las fallidas estrategias por evitarlo.
En la pasada entrega de los Grammy apareció a cuadro con un rostro muy diferente al que la conocíamos, esto debido a los múltiples procesos a los que se ha sometido. Y las burlas y críticas se ensañaron con ella. Porque en la vida a las mujeres no nos perdonan envejecer, pero tampoco el evitar de manera artificial no hacerlo… y si fallamos es peor.
No solo en el plano estético Madonna había enfrentado ya previamente críticas. La edad impacta en la resistencia física y salud. En su gira Madame X Tour se vio obligada a cancelar, reagendar y rediseñar conciertos y coreografías debido a lesiones en la rodilla. Incluso llegó a enfrentar amenazas de posibles demandas debido a los inconvenientes generados por los cambios en las fechas.
No obstante, en esta ocasión, tras los Grammy, Madonna se defendió de los ataques en sus redes alegando que “una vez más estoy atrapada por el resplandor de la discriminación por edad y la misoginia que impregnan el mundo en el que vivimos. Un mundo que se niega a celebrar que las mujeres pasen de los 45 años y que siente la necesidad de castigarla si continúa siendo fuerte, trabajadora y aventurera”.
Y agregó: “espero con ganas muchos años más de comportamiento subversivo, empujando los límites, enfrentándome al patriarcado y, sobre todo, disfrutando de mi vida”.
Madonna tiene todo el derecho, como bien han alegado algunos y ella misma, a someterse a los procedimientos quirúrgicos antiedad que desee. Pero esto no la emancipa sino que, al contrario, la somete a las demandas de una sociedad patriarcal donde a las mujeres se nos exige permanecer bellas, de apariencia juvenil y eternizarnos en una edad indefinida desafiando el paso inexorable de los años, por lo cual ella dista mucho de encabezar, en este aspecto, la batalla contra el patriarcado a la que aludió.
Las mujeres tenemos derecho a envejecer. Es inevitable detener permanentemente el paso de los años. Nuestra lucha no es demostrar que siempre podemos permanecer bellas, aunque ello implique poner en riesgo nuestra salud. No tenemos que defendernos tampoco si no lucimos como la sociedad nos lo exige.
En estos tiempos del multiverso en películas y series, debemos recordar que no somos personajes de Marvel, que no podemos viajar en el tiempo y permanecer eternamente como heroínas superpoderosas. Que en la vida real como en la pantalla, alterar los universos y el curso de los tiempos tiene fuertes consecuencias. Debemos recordar que las reinas también envejecen y que hacerlo con dignidad es un acto propio de corazones rebeldes.
Por Sarai Aguilar Arriozola*
*Doctora en Educación, máster en artes con especialidad en difusión cultural.