En los últimos años, Disney emprendió una supuesta cruzada contra el racismo y a generar filtros para calificar creaciones del pasado. Cuando éstas no aprueban ese tamiz, ha puesto advertencias de “representaciones culturales negativas” a filmes como Dumbo. No obstante, esta supuesta lucha contra la discriminación no alcanzó a evitar la difusión de estereotipos negativos con los latinos. Esto quedó demostrado con el próximo lanzamiento de su serie animada “Primos” en Disney Channel.
Atrás quedó la visibilidad, inclusión y la corrección. En “Primos”, toda la representación negativa está presente y se supone que debemos de estar felices en Latinoamérica, específicamente México, por la representación (racista) que nos están dando.
De acuerdo con los adelantos del nuevo programa de Disney Channel que han circulado en redes sociales, la serie gira en torno a la familia mexicana-americana de la niña Tater Ramirez Humphrey, cuya casa se ve invadida por una docena de primos durante el verano en Los Ángeles.
Y si bien con anterioridad Disney ha sido celebrada por la representación cultural latina en Coco y Encanto, aquí parece ser que todo lo que por años han externado los connacionales radicados en EU sobre el racismo y la discriminación estuviera ratificado en una serie.
La paleta de colores utilizada para representar el barrio latino es color sepia amarillo, una práctica frecuente en Hollywood para representar las locaciones latinoamericanas como ambientes sucios o sórdidos. Se presenta una familia numerosa y apretujada dentro de una casa totalmente descuidada. El barrio está lleno de basura, alambres, perros en la calle. Además, la personaje principal luce totalmente desaliñada, al igual que otras niñas latinas presentes en la animación. El lugar donde habitan se llama “Terremoto Heights” y el coro de la canción inicial dice “Oye Primos”, una falta de concordancia gramatical evidente.
Se alega que la más reciente serie animada de Disney fue creada por la artista estadunidense Natasha Kline —de ascendencia mexicana– y que asimismo la persona que dio voz al personaje principal, Myrna Velasco, es de origen mexicano, nieta de migrantes. Una circunstancia que no exenta de incurrir en racismo. “No tenemos que demostrar nuestra latinidad a nadie”, alegó Velasco, cuando alguien le comentó que la frase correcta es “Oigan primos” y no “Oye primos”.
No obstante, se encontró una publicación en Instagram de hace 183 semanas –y ya borrada– donde la actriz, en un #GratitudeChallenge, agradecía que sus abuelos hubiesen abandonado “ese país de mierda” (haciendo alusión a México) para que ella cumpliese sus sueños.
Esta polémica solo ratifica la encuesta llevada a cabo por Pew Research Center en marzo de 2021, la cual muestra que un 27% de latinos dice haber experimentado discriminación de un semejante, frente al 31% que dice haberla padecido de alguien no latino. En ambos casos, los latinos no blancos son más propensos a ser discriminados.
El 41% de los latinos con piel oscura dicen haber sido discriminados por parte de otro latino, mientras que el 25% con piel más clara afirma lo mismo. Los porcentajes son similares en caso de discriminación por parte de un no latino (42% y 29%, respectivamente).
Tal vez ni Natasha Kline o Myrna Velasco conocían esta publicación. Pero vaya que la ejemplifican. Tanto Disney como su equipo de creadores deben de aprender que visibilizar porque “es lo correcto” sin cambio real en sus construcciones sociales y culturales no generan transformaciones. Los latinos venimos en muchos empaques: guatemaltecos, hondureños, mexicanos, argentinos. En muchas pieles, en muchas identidades. Nuestras ciudadades no son amarillas, las infancias no se racializan para discriminar. Cuando entiendan eso, entonces sí, pues oigan…