Política

Afganistán: prohibido ser mujer

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En 2021, el Talibán prometió dar a las mujeres de Afganistán todos sus derechos bajo la ley de la sharía. Y en Occidente decidimos creerles, aunque sabíamos que mentían pues así adormecíamos nuestra conciencia. Hoy, las mujeres bajo su régimen no tienen acceso a la educación. Una medida sin precedente en el mundo, siendo esta una más de las dagas que se han clavado en los derechos humanos de ellas.

Se empezó por sacarlas de aparadores, cuando se decidieron quitar los maniquíes femeninos. Se sacó después a las mujeres de carne y hueso de los medios. Se les prohibió trabajar fuera de casa o tener tratos comerciales. Se les impidió salir sin tutor masculino, todo esto sumado a no poder hablar en público, no poder tener pisadas sonoras, usar baños públicos o acudir a parques o centros recreativos. Porque las mujeres deben de ser anuladas. Invisibilizadas.

Pero como si esto no fuese suficiente, desde el 2021 comenzaron con la prohibición de la escuela secundaria para las niñas, prometiendo un retorno que no se ha dado y, por el contrario, sumaron la prohibición del acceso a la educación superior (al momento de escribir estas líneas una prohibición más se ha sumado: la de trabajar en organismos no gubernamentales).

De acuerdo con la ONU, se estima que restringir el trabajo de las mujeres puede suponer una pérdida económica de hasta mil millones de dólares, o hasta el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Prohibir el acceso de las mujeres a las universidades, incluidas las maestras y profesoras, contribuirá a pérdidas económicas adicionales. Meses atrás, Humanitarian Needs Overview había señalado que el colapso económico debido a la amenaza del autoproclamado Estado Islámico, y las sanciones internacionales han llevado a más de la mitad de la población afgana a vivir por debajo del umbral de la pobreza.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, describió la prohibición como "otro golpe atroz y cruel a los derechos de las mujeres y niñas afganas y un revés profundamente lamentable para todo el país". Pero, además, mencionaba: “basta pensar en todas las doctoras, abogadas y maestras que se han perdido, y que se perderán, para el desarrollo del país".

Esto, en un país donde las mujeres no pueden ser atendidas por médicos hombres, es una sentencia de muerte. Actualmente el número de personal femenino es tan reducido que muchas mueren sin atención.

Porque ese es el objetivo del régimen talibán. Eliminar a las mujeres. Como si su sola presencia, sus vidas, fuesen una ofensa. Amparados ante un dogma religioso y la mentira de buscar proteger la virtud de las mujeres se han dedicado a borrarlas, a marchitar sus sueños, a apagar sus ilusiones. Pero no solo son culpables ellos y su fanatismo, sino también Occidente con su silencio cómplice.

¿Y nosotros? Discutiendo si los hombres pueden o no ser feministas. Mientras, la vida de millones pasa sin ser advertida siquiera camino a algo peor que la muerte física, la muerte en vida tras un burka.

Sarai Aguilar Arriozola*

@saraiarriozola

*Doctora en educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural.

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  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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