“Autumn carries more gold in its pocket than all the other seasons”- Jim Bishop
Silicon Valley, el centro neurálgico de la innovación tecnológica durante décadas, parece estar viviendo su ocaso. Los recientes recortes masivos de personal en empresas como Meta, Twitter y Amazon son síntoma de una industria que perdió fuelle. ¿Qué pasó con el espíritu innovador que los caracterizó?
Quizás el éxito y los privilegios los han alejado más allá de cierta sensatez social. Las grandes compañías tecnológicas se han vuelto demasiado grandes, perdiendo la agilidad y el impulso emprendedor que las caracterizaba. Su enfoque se desplazó de la innovación, el propósito de impacto positivo en la sociedad, a maximizar beneficios a inversionistas detrás de normas abstractas y narrativas verdes, de diversidad o salud mental. Dejó de arriesgar en nuevas ideas para centrarse en exprimir sus principales productos o empresas adquiridas (YouTube, WhatsApp) actuales. O la empresa de la manzana, que tiene tantos miles de millones de dólares en efectivo que se pueden dar el lujo de otorgarse desde su privilegio, su propio certificado de sostenibilidad y tener su sketch de Hollywood para auto reconocimiento, admirado por miles de mercadólogos, cual pitufo vanidoso.
Pero toda crisis presenta oportunidades. El declive de Silicon Valley está dando paso a una nueva ola de innovación en industrias que habían quedado rezagadas. Por ejemplo, en el sector salud hay importantes avances, emocionantes, en el uso de IA para acelerar importantes diagnósticos, el descubrimiento de fármacos y terapias personalizadas, así como el surgimiento de prometedoras startups de biológicos sintéticos como Octant Bio.
Otra área donde se está innovando es la logística. Nuevas empresas como Auba hacen el barrido más espectacular de información de envíos (desde chats hasta correos y guías) para mostrar un dashboard al minuto a ejecutivos con posibles costos, en incluso escenarios de costos por situaciones inesperadas en la línea de entrega, para toma de decisiones.
Lo que nos muestra esta nueva ola de innovación utilizando lo que deja Silicon Valley: cientos de centros de datos con alto consumo de energía con miles de millones de procesadores (GPUs o CPUs). Mismos que el talento y el espíritu emprendedor que impulsaron su auge en el pasado seguirán vivos, pero se desplazan a nuevos sectores con gran potencial para mejorar nuestra calidad de vida. ¡Muchos de ellos están hoy disponibles para escuchar a inversionistas, startups y empresas en México con maravillosas mentes e ideas en busca de proyectos a apoyar!
Quizás llegó el momento de que veamos lo que Silicon Valley verá cómo los bárbaros en su caída basada en su privilegio, al no mirar hacia fuera de sí misma, de su ego, de sus propias narrativas de grandiosidad en su propio #ruidoblanco. Una nueva curva para industrias clave como salud, logística, retail, entre otras, quieren aprovechar este dinamismo, por lo que deben apostar por asociarse con startups en sectores emergentes como la salud, la logística (incluido el nearshoring) o la fabricación compleja de megafábricas (no venta de terrenos, sino realmente lo que tiene la ampliación de la planta de Tesla en Austin, por ejemplo). Es hora de volver a los orígenes y recuperar esa mentalidad atrevida y emprendedora, mientras vemos las hojas terracota, naranjas y amarillas llenar los caminos de Silicon Valley durante este (largo) otoño.
