Política

Las oportunidades que vienen… para los que se atreven

El viernes hablé con un amigo empresario. Tiene una fábrica mediana, en donde produce un producto que vende principalmente dentro de México. Desde hace varios años ha estado haciendo inversiones importantes en su planta: hoy cuenta con maquinaria bastante moderna, procesos bien diseñados y un equipo que ha crecido con él y opera de manera eficiente. 

Por un lado, mi amigo está algo preocupado ante la situación generada por las políticas de Donald Trump —sobre todo por el simple hecho de no saber qué sigue. La última noticia respecto de los aranceles no fue mala para México, pero uno nunca sabe si el presidente de aquel país cambiará de parecer de un momento a otro. 

Sin embargo, mi amigo ya identificó una oportunidad interesante para su empresa. Trump está castigando muy duro a muchos de los países asiáticos que en los últimos años se convirtieron en una de las piezas esenciales en la manufactura global y una consecuencia de ello es que las empresas en esos países tendrán que buscar nuevas opciones para hacer negocio. Países como Vietnam, Indonesia y Tailandia —tres de los que más crecieron en exportaciones en los últimos años— ahora enfrentarán gigantescos aranceles a la hora de querer mandar sus productos a Estados Unidos.

En esos países se han hecho inversiones gigantescas en plantas y líneas de producción que se pensaron para surtirle a empresas de Estados Unidos. Según mi amigo, ahora habrá muchísima capacidad instalada en esas fábricas que necesitarán dirigirla a otros mercados —y en algunos casos México podría ser una buena opción. 

Él necesita proveedores para sus propios insumos y cree que gracias a Trump ahora estará en mejor posición para negociar y tendrá más alternativas. 

Tuve la oportunidad de entrevistar a Carlos Slim hace un par de años. A lo largo de muchas horas me contó su historia, recordó anécdotas y decisiones importantes —incluyendo algunas en las que considera que se equivocó— y ‘filosofó’ también sobre cómo deben manejarse las empresas. 

Entre muchas de las cosas que aprendí en esa entrevista, estos últimos días he pensado en una en particular. A principios de la década de los 80 Slim era ya un empresario muy importante en este país, pero estaba todavía lejos de convertirse en lo que llegaría a ser 15 o 20 años más tarde. 

A finales de 1982, la expropiación de la banca puso a todos los empresarios a temblar —y sobre todo a las compañías extranjeras. La valuación de las empresas se desplomó, y México se volvió un país muy poco atractivo para las multinacionales. Para muchas, la mejor opción era salirse de aquí. O sea, les entró la prisa por vender porque consideraban que les afectaba, incluso en su imagen, tener inversiones en México. 

En ese momento Slim contaba con el flujo que le generaba la Cigarrera. 

“Empezamos a comprar muchas empresas después de la crisis del 82. Esa sería una de las etapas empresariales más activas porque teníamos liquidez, teníamos los recursos que generaba la cigarrera para hacer adquisiciones. Del 83 en adelante hicimos muy buenas adquisiciones de empresas”, me contó.

¿Cómo recordaremos la etapa que vive hoy México, desde una perspectiva de los empresarios? ¿Será que ante tanta incertidumbre, se estarán gestando grandes oportunidades? 



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René Lankenau
  • René Lankenau
  • Fundador de Whitepaper
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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