La investigación científica básica es un motor de la innovación y la productividad que se traduce en crecimiento productivo a largo plazo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este es el tipo de crecimiento que el mundo necesita y la ciencia es un elemento para sostenerlo. El reto es abrazar a la ciencia.
“Queremos todo de forma inmediata, por ejemplo, queremos encontrar una fórmula que nos regrese al crecimiento económico de forma acelerada y parecería que ahí la ciencia no cabe tan solo porque su efecto no es inmediato”, me dijo Rodrigo Martínez, gerente de ingeniería para Latam de Seguridad Vial de 3M.
La ciencia, que parte de la observación, genera cúmulos de información y conocimiento que eventualmente resuelven los problemas de la sociedad. Pero toma tiempo, y por eso ni al FMI le sorprende que haya subinversión en este campo, y para incentivarla, dicen: “Duplicar los subsidios a la investigación privada y aumentar el gasto público en investigación en un tercio puede aumentar el crecimiento anual per cápita en 0.2 por ciento”, en su más reciente World Economic Outlook.
El impacto de la ciencia va mucho más allá. “Es la semilla a partir de la cual germina lo demás: la tecnología, las invenciones, las innovaciones”, me dijo Rodrigo, y “mejora la educación y la capacidad de pensar, nutre una perspectiva sólida para enfrentar un mundo complejo, y eso impacta en la calidad de vida”.
Sabemos que la ciencia es parte del futuro, de hecho ocho de cada 10 mexicanos dicen que el mundo dependerá más que nunca del conocimiento científico, según la sexta edición de El Estado de la Ciencia de 3M. Aun así, nueve de cada 10 mexicanos ahí encuestados reconocen que hay barreras para estudiar carreras STEM. Si la ciencia es tan relevante, pero no llegamos a ella, el reto inicial es, como me dijo Rodrigo, cambiar esa narrativa. Esto ayudaría, me dijo el experto:
1. Aprendamos de los errores. Celebrar el fracaso no intencional permite experimentar y descubrir.
2. Apostemos por la diversidad. Poner sobre la mesa puntos diversos de ver el mundo, entenderlos y escucharlos permite la toma informada de decisiones.
3. Pongamos a la ciencia en la agenda pública. Debe estar en los medios, la academia, la esfera privada y pública. No olvidemos que cuando el covid-19 entró a la agenda del mundo, el ser humano logró una vacuna en tiempo récord.
4. Invirtamos en la ciencia. Las empresas y el Estado deben hacerlo, pero los ciudadanos también si queremos descifrar los dilemas del futuro.
Además propongo una cosa más: tomarnos el tiempo para observar, entender, cuestionar, argumentar y proponer. Dejemos de buscar el atajo y hagamos las cosas bien.
@vivircomoreina